Como si fuera una partida de truco dramática y surrealista, el domingo quedó flotando en el ambiente una sensación de que, contra todos los pronósticos, hubo “pardas” desde uno y otro lado de la grieta…

En los números puede no haber sido así. Pero en lo anímico, los que parecían dirigirse al cadalso se encontraron con “una vida más” y los que se la pasaron anticipando que tenían el hacha más afilada que nunca para degollar al odiado “kirchnerismo”, descubrieron que la turba volvió a dividirse y no hubo condiciones para la decapitación, ni mucho menos…

Suele pasar cuando se generan expectativas exageradas, acaso aprovechando un favoritismo mediático que, de tan alevoso, hasta termina por provocar algunas repugnancias…

Mucho más cuando los que ahora se presentan como salvadores, hace dos años tuvieron que irse por culpa de un estrepitoso fracaso.

Así las cosas, ni la victoria de “Juntos” fue arrasadora ni la derrota del Frente de Todos, catastrófica.

Una de las causas de esta nueva confusión de las percepciones radica en el empecinamiento en anticipar adjetivos.

Si no hubiera un país paralizado en medio, hasta podría dar lástima la estupidez de quienes insisten en chocar una y otra vez contra la misma pared.

Quizás el más vivo del domingo por la noche fue Facundo Manes, quien cumplió con lo mínimo y se mandó a guardar temprano, para así dejar en evidencia que con palomas como Santilli, Larreta, Vidal de un lado y halcones como Patricia Bullrich y Macri del otro, apenas alcanza para un empate técnico con los “odiados K”, aun estos metiéndose todos los goles en contra que se pueden imaginar.

El monstruoso “Conurbano”, presentado como una olla a presión durante las últimas dos semanas, le dio una vida más a Alberto ¿podrá esta vez aprovechar aunque sea una?

O, como sucedió con otras buenas oportunidades que, a pesar de todo y en plena pandemia, tuvo en los últimos dos años, se encargará de desperdiciarlas todas…

Lo cierto es que el que fue presentado una y otra vez cómo “el peor del planeta” en medio de la debacle global de los oficialismos de todo el mundo, la terminó sacando mucho más barata incluso que aquellos que se esgrimieron como ejemplo.

Y eso pareció dolerles demasiado a quienes parecían desesperados por una revancha, quizás sostenida por defecciones ajenas más que por méritos propios.

El tema es que este imprevisto nuevo equilibrio, en una balanza que tiene toneladas de odio como contrapesos, puede condenar a una prolongación de la incertidumbre que nadie sabe cuánto más podría sostenerse sin sucumbir al creciente riesgo de explosión.

¿Tendrá Gay un bloque de 15 concejales?

A nivel local, la escueta ilusión abrigada por algunos “padecientes” de la atroz decadencia de la calidad política respecto la mejora que podría suponer el ingreso de una tercera fuerza al Concejo Deliberante, pareciera nacer muerta…

El intendente Gay, a su modo, ya mandó a decir que considera como propia a la emprendedora y traductora de francés Valeria Rodríguez, una de los dos ediles que sumará la fuerza liderada por José Luis Espert.

Motivos no le faltan: lo une a ella, además de una histórica estrecha relación con quien fuera su padre, (un ingeniero ya fallecido, ex funcionario de Rodolfo Lopes en el área de tránsito), el antecedente mucho más fresco de lo ocurrido durante la pandemia, cuando la también propietaria de un gimnasio, fue una de las más activas comerciantes en reclamar ante el gobierno provincial por las restricciones sanitarias.

Por si fuese poco, puertas adentro de “Avanza Libertad” también se recuerda con cierta mueca de desagrado, la valiosa colaboración que el “aparato municipal” le prestó a su sector de cara a la primaria que terminó ganando el otro sector en pugna, liderado por Martín Barrionuevo.

Tanto fue así, que el sistema de información pautado desde el municipio, se apuró en la noche de las PASO a consagrarla como “ganadora”, cuando en realidad, luego se supo, que había perdido…

Fue el propio Espert quien ante la posibilidad de una disputa, bajo la orden de que no se tolerarían papelones de ningún tipo y “decretó” una concordia y convivencia que vaya a saberse cuanto podría dudar, si por ejemplo, el ex marino Barrionuevo quisiera cumplir con su palabra de no ser funcional “ni al macrismo ni al kirchnerismo” y su compañera de banca se viera en apuros para no “deshonrar sus compromisos ni sus lazos”.

Esta historia mínima tal vez encierre un simbolismo que anticipe uno de los tantos interrogantes que, ya en la misma noche del domingo, quedó abierto de cara a los próximos meses: ¿cuánto podrá “Juntos” seguir haciéndole honor al nombre de su frente?

Porque es cierto que el oficialismo bahiense arrancará con un “superbloque” de 14 integrantes que amenaza con achatar aún más por si hacía falta, cualquier posibilidad de debate en el HCD…

Pero de esos 14 integrantes, puestos a puntear, sólo siete podrían ser considerados como “puros” amarillos: Adrián Jouglard, Fabiola Buosi, Soledad Martínez, Fernando Ascuaga, María Laura Biondini, Silvina Rubio y Rubén Gómez.

La otra mitad, es decir Pablo Daguerre, Gisella Caputo, Gonzálo Vélez, Carlos González Antúnez; Antonio Mollo, (quien reemplazaría a Marcos Streitemberger), Andrea Pace (reemplazará a Compagnoni), Silvina Cabirón y Gonzalo Vélez, revistan en el radicalismo y en la Coalición Cívica, dos sectores que, con los resultados puestos, lamentaron no haberse animado a tensar un poco más en la previa de las elecciones, pero de cara a 2023, si sus respectivas conducciones nacionales, se lanzan a pugnar derecho viejo por una candidatura presidencial, tal vez no tengan más remedio que hacer rancho aparte.

Y ante un escenario de diáspora, contar con una aliada incondicional, podría cotizar su peso en oro, algo que ya quedó demostrado cuando a Rodríguez, también los “preguntadores a sueldo del municipio”, preocupados porque  Espert pudiera quitarle votos a sus mandantes, le hicieron criticar abiertamente al primer candidato a legislador provincial de su lista por el hecho de proceder de Mar del Plata.

Como si en su momento Vidal no hubiera puesto a dedo a un tal Resico o, un poco más atrás, el peronismo a un tal Pignocco, quienes tampoco tenían nada que ver ni con la ciudad ni con la sección electoral.

En la reiteración de esta práctica degradante y lo poco que parece influir en el ánimo del electorado, tal vez pueda encontrarse una prueba de lo poco que pesan ciertas atrocidades a la hora de que miles decidan su voto, como si la bronca impuesta por inundación mediática, diluyera capacidades de crítica y condena: está mal sólo aquello que se dice que está mal.

Visto está que, en una sociedad donde muchos suelen clamar por una “meritocracia”, el límite de tal hipocresía queda, de nuevo, marcado por los prejuicios: un tipo como el “Flaco” Conte, estuvo más cerca que nunca en su décima participación cómo candidato y no mojó, pero estos paracaidistas, al primer intento y sin tener mucha más idea que la de subirse al puteadero generalizado, ya pegan un lugar por el que otros pugnaron toda una vida.

¿Quién dijo que la vida es justa?

Pero claro, no son “zurdos trotskistas pro soviéticos”, si no propietarios de un “lugar bien” para hacer “gym” y verse regios y regias a la entrada y a la salida del Palihue…

Finalmente, por el lado del atribulado “kirchnerismo/peronismo” vernáculo, el hallazgo idiomático de Tolosa Paz de “ganar perdiendo y perder ganando” se chocó bastante con el susto por y la vergüenza de haber quedado al borde de un papelón irreversible. Al borde…

Saben que quedaron pendiendo de un hilito que, sin dudas se hubiera cortado si, cómo se temió en semanas previas, los resultados del domingo terminaban siendo aún peores que los de las PASO.

Como les suele pasar a quienes después de un patatús y un par de días en terapia intensiva, salen dispuestos a hacer vida sana, ejercicio, dieta equilibrada y todos esos buenos propósitos, haber visto tan de cerca a la debacle, acaso pueda haberles enseñado un par de cosas…

Una de ellas es que una cosa es ser constructivo y otra colaboracionista, sobre todo cuando se necesita descontar una diferencia gigante con un adversario poderoso.

La otra es que tampoco en esta ciudad rinde mucho ser un opositor acérrimo que ande a los gritos y pueda ser acusado de poner palos en la rueda…

Menudo dilema que tiene una única forma de resolución: la seriedad.

Si pretenden volver a ser competitivos dentro de dos años, no les queda resto para el menor desliz y sobre esto aseguran que se hará hincapié desde el nuevo bloque al que se pretenderá dotar de presencia y una actividad sostenida y constante en barrios e instituciones.

Y cómo primera prueba de que la cosa pretende ir en serio, la primicia del servicio informativo de Canal 7 el mismo domingo por la noche respecto la renuncia a la banca del concejal Luis Calderaro para ocupar un alto cargo en el Ministerio de Justicia de la Nación, sirve como indicio de que hay barbas que se han puesto en remojo.

Más allá de la trayectoria y las vinculaciones del también actual decano de la UNISAL, mantener un concejal prácticamente testimonial dando vueltas por el país y viniendo sólo para las sesiones, (además de exponerse innecesariamente a que en algún momento se monte alguna operación mal intencionada), sería un hándicap que no se puede otorgar, mucho más si es que se tienen reales aspiraciones de competir por la intendencia, posibilidad que, mirada con el optimismo que caracteriza por ejemplo al último candidato a intendente por ese frente, quizás esté más lejana en lo que marcaron los números que en las posibilidades reales que se avizoran…

Esta forma de ver las cosas, según se reveló desde una fuente muy cercana al actual presidente del Consorcio de Gestión del Puerto, es la que explica porque, pese a la amplitud de la derrota, el clima distó de ser el velorio que algunos anticipaban y, según ella, hasta deseaban, incluso alguno puertas adentro del universo justicialista.

“Pensemos esto: si llegamos en pie al 2023 va a ser porque el país no voló por los aires y el barco comenzó a encarrilarse hacia algún destino y entonces eso querrá decir que desde arriba sopla de nuevo un viento favorable, como el 2019 cuando estuvimos tan cerca”, dijo.

“A eso, súmale que ya no va a estar Gay como candidato y eso no es poca cosa. Cualquiera que no sea él, por más apoyo que tenga, no es lo mismo: cualquiera parte de más de la mitad de nivel de desconocimiento”, agregó.

“Es decir que si no nos metemos ningún gol en contra y hacemos muy buena letra y, en una de esas, hasta nos anotamos algún poroto, la esperanza está intacta”, resumió.

No hizo falta siquiera preguntarle al vocero que sucedería si, a diferencia de lo planteado en el inicio de su razonamiento, el peronismo no llega en pie al 2023, porque en ese caso, tal vez el menor de los problemas nacionales sería quien ocupa la candidatura a una intendencia.

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