Sergio Villanueva había nacido en Bahía Blanca y el 11 de setiembre de 2001 a la mañana acababa de terminar su turno en el cuartel de bomberos de Nueva York cuando ocurrió el atentado a las Torres Gemelas. La vocación de servicio pudo más que el reglamento y no dudó en marchar al rescate de las víctimas con sus compañeros de la brigada Ladder (escalera en inglés) 132 hacia el edificio que se encontraba envuelto en llamas y amenazaba con derrumbarse. La amenaza se convirtió en fatal realidad minutos después y el desplome del World Trade Center sepultó para siempre la vida de Villanueva y sus camaradas. En esta nota que publica el diario La Nación, en un especial dedicado al 11-S a ocho días del décimo aniversario de aquella jornada trágica, se evoca la historia del bombero bahiense caído en el ataque. Allí se menciona a la fundación que un compañero suyo creó en su nombre y que se dedica a apoyar con becas a los jóvenes norteamericanos que quieren practicar fútbol, como lo hacía Villanueva, con la camiseta número 10, en el equipo del departamento de Bomberos de Nueva York. En este enlace, escrito en inglés, se relata una anécdota ocurrida dos días antes de la tragedia cuando Villanueva definió con un gol un cerrado partido a favor de su cuartel.
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