(Notas de Usuarios) – Bahía Blanca no mira el mar, se suele decir. Pero alguna vez lo miró y lo disfrutó en lo que por décadas funcionó como balneario popular y hoy está pronto a desaparecer tras las nuevas obras anunciadas por el Consorcio de Gestión del Puerto. En enero pasado, tal como se lee aquí, se dió a conocer la decisión de realizar un nuevo dragado en el canal principal de la ría para flexibilizar el tránsito de los grandes buques. Según los detalles difundidos, la operación permitirá el ensanchamiento en dos puntos estratégicos: 80 metros frente a Compañía Mega y la ampliación de la zona de giro de buques en Puerto Galván. ¿Y cuál será el destino del material extraído del fondo del estuario? Como alertan los integrantes de Ferrowhite en su blog, ese refulado será depositado en dos lugares: uno de ellos es la franja de marisma y cangrejal que rodea a lo que alguna vez los vecinos apodaron la playita de la Usina, a un costado de la ex Usina General San Martín, conocida también como El Castillo. Con esto, «se ganaría terreno al mar se tornarían utilizables entre 15 y 20 hectáreas, las cuales se destinarán a futuros emprendimientos industriales”, indica el anuncio. Sin embargo, la lectura que el equipo del Museo Taller hace de estas proyecciones, es otra: “Tornar utilizable implica, en realidad, restringir los posibles usos del sector a un único uso (industrial) que prioriza, una vez más, el interés privado por encima del público. Ganarle terreno al mar significa, en primer término, ganárselo a los vecinos».
Enviado a Solo Local por Ludmila Brzozowski
