
Al doctor José Penna la muerte lo sorprendió, en marzo de 1919, durante una visita médica domiciliaria a una de sus pacientes. Luego de una trayectoria de investigación y trabajo, el sanitarista murió trabajando en la que fue su pasión: la atención médica, que nunca había abandonado. Penna nació en Buenos Aires el 5 de abril de 1855, aunque algunos historiadores y biógrafos -entre ellos la doctora Teresa Merino- lo dan por nacido el 7 del mismo mes y año, pero en Bahía Blanca. No hay dato fehaciente de que haya nacido en nuestra ciudad. José Penna pidió ser cremado y que sus restos fueran encerrados en un modesto ataúd de pino, semejante a los que se utilizan para difuntos anónimos. Y la extraña orden se cumplió al pie de la letra. Si quiere leer la historia completa haga clic
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