Sobre la Demolición del Ex Molino La Sirena. Respetar la Historia

(Notas de Usuarios) – Cuando escucho al Intendente Gustavo Bevilacqua, cada 11 de abril, día de la fundación de la Fortaleza Protectora Argentina, hablar sobre el proyecto de ciudad para Bahía Blanca y de la Bahía Blanca del 2028, se me sube la bilirrubina. Celebro que un funcionario público alguna vez hable sobre un proyecto que supere los 2 o 4 años, el tiempo que va de una elección legislativa a una presidencial, pero un proyecto de ciudad no es sólo la obra pública e infraestructura que se realiza en el presente hacia el futuro, sino que incluye la edificación histórica, a través de la cual nuestros antepasados nos dicen cómo vivieron, trabajaron y construyeron. Demoler el molino harinero La Sirena, que funcionó entre 1922-1980 en el terreno de General Paz y Dorrego, que debiera restaurarse y mantenerse, para sustituirlo por dos torres de 24 pisos cada una, que pueden estar unos metros más allá, en algún descampado o sitio hoy vacío, no es progreso, sino que constituye un crimen arquitectónico.  Me parece un horror que un profesional diga que destruir ese símbolo de la Bahía Blanca del ayer sea «crear ciudad». No sabe lo que es creación. El coronel Ramón Bernabé Estomba, con sus soldados, gauchos e indios crearon la futura Bahía Blanca, en el medio de la pampa, para darle una puerta y un puerto al sur argentino; el gobernador Dardo Rocha creó La Plata, también en el medio de la pampa, para dar una nueva capital a la Provincia de Buenos Aires. 

Los políticos radicales y peronistas, que se alternaron como oficialismo y oposición, y que son coautores del actual desorden edilicio en el barrio Universitario, ¿son los que nos van a legar la Bahía Blanca del 2028?. ¿Sólo demoliendo casas en barrios residenciales y monumentos históricos en toda la ciudad?. ¿Seguirá el molino harinero La Sirena el triste destino de, entre otros sitios, los elevadores de chapa de Ingeniero White, de la ex Escuela Normal en Brown y Villarino, del chalet «La Teresa» en Avenida Alem y de la casa que perteneciera al doctor Leónidas Lucero en Lamadrid 37?. ¡Que Dios nos ampare! 

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