Andrés Médici nació en Bahía Blanca en 1972. De vigilante de seguridad se convirtió, gracias a una oferta de trabajo en internet, en dueño de un restaurante en Vigo, España. Allí, desde hace seis años, improvisa menúes de degustación en función del presupuesto de cada cliente y según una nota de la cadena Ser, ha dado una de las ponencias más interesantes en el Fórum Gastronómico Coruña 2014. En esa entrevista explica las ventajas de la técnica japonesa del ike jimé que consiste en matar al pez y dejar que madure unos días antes de consumirlo. Como con la carne vacuna y porcina. El proceso de preparación es bastante cruel con el pescado, pero redituable en términos de sabor para quien lo va a consumir y de precio, para el que lo va a cocinar y vender, asegura Médici. «La industria ha llegado a la conclusión de que sacrificar el pescado de forma controlada es más rentable» explica el chef bahiense. Contra lo que podría pensarse, en su cocina, dice, hay muy poca fusión y muy poca creatividad. «Investigar, para hacer lo mismo que ayer, pero mejor» es el lema en Orushi, el restaurante que regentea en Pontevedra. Quien tenga la oportunidad de visitarlo, ya sabe cuál es la especialidad de la casa: un bol de arroz, sashimi de atún, bastante cebolleta y un poco de wasabi. Y buen provecho…

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