Rumbo al Cincuentenario de la Partida de Martínez Estrada

Se cumplieron 49 años del fallecimiento en Bahía Blanca, su última morada, del escritor, poeta y ensayista santafesino Ezequiel Martínez Estrada. Figura controvertida, su obra es recordada en forma permanente en la casona que la fundación que lleva su nombre posee en la esquina de Avenida Alem y Salta, en el barrio Universitario, donde pasó sus horas finales. En una columna titulada Pena y Pasión de Ezequiel Martínez Estrada y publicada por el diario Río Negro, el escritor bahiense Jorge Castañeda evoca su figura y el legado que dejó, de una molesta y penosa actualidad. «Sufrió en carne propia todas las humillaciones imaginables por el solo pecado de decir su verdad» escribe de él, en la era tecnológica de las redes sociales, los trolls y los cybermilitantes, que reproducen al instante tanto las reflexiones y elogios, como las diatribas y ataques, muchas veces anónimos, cobardes. Castañeda cita una frase clave del polémico autor, que jamás se escondió para decir lo que pensaba: «Estamos muertos de silencio. Todos en mi país saben tanto o más que yo, pero tienen la sagacidad de callarlo. En la conspiración está comprometido el ochenta por ciento de los argentinos. El único tonto fui yo, porque me atreví a revelar el secreto de nuestra desgracia«. Martínez Estrada, un incomprendido, «un ídolo en desgracia», un profeta al que no quisieron escuchar. El año próximo, en el cincuentenario de su partida, el tiempo nos dará la revancha de saldar parte de esa deuda. Sin miedo.