Por Falta de Transporte, Hace un Mes que no Pueden ir a la Escuela Rural

Naiara tiene 4 años y Jaqueline, 9. Son hermanas, viven en el campo, a 30 kilómetros del paraje La Hormiga donde funcionan la Escuela Primaria Básica 26 y el Jardín de Infantes número 2, ambos dependientes del Consejo Escolar de Bahía Blanca. Para ellas, las vacaciones no empezaron hoy, sino hace casi un mes porque ese es el tiempo que llevan sin ir a clases, debido que no tienen garantizado el transporte escolar que las trasladaba todos los días. Su padre, Juan Ayala, trabaja en el campo y no puede ni tiene el dinero suficiente para llevarlas por su cuenta diariamente. Su madre, Nilda Oviedo, cuenta que sus maestras están en contacto y les dan tarea, pero no pueden evitar atrasarse en sus estudios. La familia vivía en Tornquist y se radicó aquí hace unos 8 meses, después de asegurarse de que las nenas iban a tener una jardín y una escuela donde mantener sus estudios. Confían en que los días que quedan para la reanudación de las clases, después de las vacaciones de invierno, serán suficientes para resolver el conflicto. Diez días atrás, la presidenta del Consejo Escolar, decía que estaba en vías de solución. Sin embargo, en la reunión realizada este lunes a la mañana en la Asociación de Ganaderos y Agricultores se habló de la posibilidad de presentar un amparo judicial para garantizar que Naira y Jaqueline, y otros 30 chicos más de la misma escuela, la secundaria en Cerri y un jardín de infantes que están en una situación similar, puedan volver a clases, ante la reiteración de un problema que no es nuevo y que según la concejala Elisa Quartucci puede resolverse desde la municipalidad, que cuenta con un fondo educativo de 15 millones de pesos. La situación preocupa a productores de la zona, como Héctor Trujillo, en cuyos campos trabajan peones que no saben qué hacer con sus chicos en casa y a los cuales se les complica su labor diaria. Llevaron su preocupación a la AGA, donde, según su presidente Luis Alvarez, la situación se suma a la inseguridad que se vive en la zona rural y al atraso del municipio en girarles el porcentaje del impuesto inmobiliario rural, destinado a la conservación de los caminos rurales.

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