El polémico dragado de profundización del canal principal de la ría de Bahía Blanca, cuyo proceso se inició en 2010, no sólo tiene que remover metros y metros cúbicos de sedimentos para avanzar. También varios escollos judiciales. Uno de ellos, planteado contra la contratación directa de las obras por 124 millones de dólares, logró superarlo recién en abril del año pasado, como Solo Local publicó en esta nota. Pese al aval que el juez contencioso administrativo otorgó a la decisión del Consorcio de Gestión, no dejó de manifestar su extrañeza por la forma en que procedió el ente. Ahora, el nuevo obstáculo surge de la jueza correcional 3 Susana González La Riva que concedió una medida cautelar a la Asociación Vecinal en Defensa del Ambiente de General Cerri. Como lo informó la entidad este jueves a través de esta publicación, la jueza fijó un plazo de 20 días para la suspensión de las tareas de profundización de 45 a 50 pies de calado que se habían iniciado la semana anterior. Ese plazo entrará a regir desde el momento en que la ong cumplimente una serie de medidas, como el depósito de una caución. La demanda judicial había sido presentada el martes contra el Consorcio y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable, por falencias en el estudio de impacto ambiental de la millonaria obra, que prevé la formación de una isla artificial, en pleno estuario.
En su sitio web, el Consorcio de Gestión del Puerto, había informado, como puede verse al pie del cuadro de Situación Operativa que las tareas del dragado de profundización se iban a extender entre el 11 y el 25 de este mes. Por eso determinó que estuviera libre de navegación la zona de unos 1500 metros comprendida entre la posta 2 de inflamables y el interior oeste del estuario. Esta interrupción del dragado, que seguramente será apelada por los abogados del Consorcio y del OPDS, liderado por el suarense Hugo Bilbao, llega en un momento inoportuno para la operatividad de los puertos locales. Como publicó Solo Local en esta nota, son días de llegada de varios buques metaneros, con carga de GNL para regasificar en el muelle de Mega y de barcos con fuel oil, para paliar la crisis energética que obliga al recorte en la provisión de gas a las empresas del polo petroquímico.
