El Viento Puede Traer Buenas Noticias

arfons«Entre las sierras y el mar, se encuentra un territorio mucho más hostil, un gran desierto medanoso en el que las tormentas de viento pueden causar la muerte de los viajantes que se atrevan a atravesarlo«. El viento ya identificaba a Bahía Blanca desde que esta zona era territorio tehuelche y sus habitantes la identificaban como Huecuvú Mapú ó la tierra del Diablo. Casi tres siglos después, él sigue ahí, molesta a veces, nos salva en ocasiones como aquella vez del escape de cloro, mientras que los bahienses seguimos acá, sin saber cómo aprovecharlo ni transformar su carga negativa en impulso positivo. Quizá nos sirva de ejemplo lo que sucede en la pequeña población francesa de Arfons, tan cerca de los montes Pirineos, casi como nosotros de las sierras de Ventana. La semana que pasó fue noticia porque, en medio de la gravísima crisis económica que golpea a gran parte del continente europeo, el pueblo del sudoeste francés, de sólo 182 habitantes, no sabé en qué gastar su dinero. El municipio sextuplicó su presupuesto en los últimos cuatro años y el origen de ese explosivo incremento en los ingresos está en los impuestos que le cobra a la empresa administradora del parque eólico de Arfons, por el impacto visual y ambiental que generan las turbinas generadoras de energía a partir del viento. Para elegir el destino a darle a esos fondos recaudados, el alcalde convocó a una consulta popular hace tres semanas, esperando que sus vecinos pidieran «una piscina municipal ó un estadio» (¿les suena conocido?) Sin embargo, los habitantes optaron por solucionar problemas más cotidianos, como puede leerse en esta nota. Allí el alcalde reconoce que ha recibido numerosas propuestas de compañías y recomendaciones sobre cómo gastar esos excedentes, pero aclara que no los destinará a «ningún proyecto megalómano». Para comparar: la potencia del parque eólico de Arfons es de 10 megavatios, poco más del 1,5% de la que tiene la Central Luis Piedrabuena, de 620 MW. Aquella es una fuente de generación de energía limpia y de bajo impacto contaminador, mientras que la termoeléctrica, alimentada a fuel oil (pero también adaptada para hacerlo con carbón), en sus poco más de dos décadas de operaciones, le ha traìdo más dolores de cabeza que soluciones ambientales (y mucho menos económicas) a la población de Ingeniero White y de Bahía Blanca. En definitiva deberíamos aprender de quiénes sí saben cómo hacer su agosto, a partir del viento y de quienes los contaminan.

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