(Notas de Usuarios) En el programa «Periodismo para todos», conducido por Jorge Lanata y emitido por el canal 13 de Buenos Aires, ayer a la noche se emitió un informe sobre la propaganda política realizada por «La Cámpora» en las escuelas públicas de la Provincia de Buenos Aires. Durante la actividad obligatoria se ofrecen clases, juegos y abundante material con nombres propios y símbolos del Frente para la Victoria, como «recompensa» por la «tarea solidaria» realizada por la agrupación en los establecimientos educativos. Uno de los ejemplos mostrados en el informe, que puede verse haciendo clic aquí, era el de una pared de un patio escolar pintada por los militantes con un dibujo del Eternéstor (una deformación del célebre personaje de historietas argentino «El Eternauta», creación del guionista Héctor Germán Oesterheld y del dibujante Francisco Solano López), que constituye uno de los íconos de la formación política kirchnerista. Este hecho motivó el repudio de profesores y estudiantes. En la nota se decía que esta deleznable actitud se desarrollaba en varias ciudades del interior bonaerense, incluida Bahía Blanca, y por supuesto, la ciudad de Buenos Aires. Si a ello se le suma que en la sesión del Honorable Concejo Deliberante del 2 de agosto pasado, un concejal del Frente para la Victoria (apoyado por un representante del Pro) manifestó que sería de su agrado cambiar el nombre de la Avenida Colón por el de Eva Perón (hecho similar al acaecido durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, 1952-1955), nos encontramos, en 2012, regresando sin necesidad a un pasado de polémicas estériles y de conflictos que terminaron muy mal, o en realidad, no terminaron, pues la República Argentina se encuentra aún hoy rehén de la interminable interna peronista y de la notoria ausencia de la oposición. Quien quiera ilustrarse puede hacerlo en el Cafe Histórico, situado en la Avenida Colón e Italia, en cuyas paredes se exhibió (ignoro si permanece en el lugar) el señalizador de calle con el nombre de la abanderada de los humildes.
Nadie puede dejar de reconocer el enorme legado del general Juan Domingo Perón y de María Eva Duarte de Perón a nuestro país: la incorporación de la clase obrera o trabajadora a la vida política, económica y social de la Nación, cuyos derechos siguen siendo gozados por los trabajadores hoy en día. Pero volver al adoctrinamiento político de los pequeños estudiantes al estilo de «La razón de mi vida» (y he visto un libro cuyo título aproximado es «Eva y Cristina. La razón de nuestras vidas» en una librería local) y a pretender imponer el nombre de Eva Perón a una calle que ya tiene nombre, es enfrentar a los argentinos nuevamente, pues con ese criterio no faltará quien quiera rebautizar a la provincia de La Pampa como Eva Perón y a su similar del Chaco como Juan Domingo Perón (que también sucedió en aquel gobierno).
