(Notas de Usuarios) – Mi esposo Duilio Palavecino es hijo de Jorge Palavecino, Veterano de la Guerra de Malvinas como tripulante del Destructor Hércules y hace 7 años que solicita ayuda a los veteranos de la sede Punta Alta. Se ha presentado a rendir en las convocatorias hechas por la Base Naval Puerto Belgrano y por más que su nota era excelente no lograba entrar. Claro está que porque no tenía nadie que lo apadrine. Su padre falleció tras 10 años de larga agonía; al venir de la guerra desarrolló una enfermedad psicosomática producto de la tensión que pasó en el campo de batalla. Esta enfermedad, que se denomina Pénfigo, en ese entonces no tenía remedio y creo que aún tampoco. Mi esposo conoció su padre enfermo y lo perdió, provocando que su madre tenga que trabajar y ellos criarse practicamente solos. Él sólo pidió una ayuda ya que según dicen, cada 3 vacantes, una de ellas tiene que ser correspondida a un hijo ó familiar de los Veteranos de la Guerra de Malvinas. Duilio no es inútil, es más, cuenta con varios cursos de marino mercante, de máquinas, pero siempre le dan prioridad a personas que ni van a rendir…. ¿Saben qué es lo mas triste ? Que él no tiene a su padre, las nietas no tienen abuelo y ellos sí están vivos, cómodos, tienen a sus hijos y nietos cerca… Se lo merecen, no digo que no. Sólo digo que ¡por qué son tan injustos! Mi esposo fue el viernes por última vez. Hace poco nos casamos y como toda pareja joven (él 30, yo 24) queremos y necesitamos estabilidad. Vivimos con su madre y ella alquila. No estamos pidiendo un regalo. Sólo una ayuda.
No quiero extenderme mucho más. Sólo decirles que el Sr. Martín prometió elevar una carta; le llevamos el CV y su secretaria se lo entregó 2 semanas después. Antes de ayer, a 15 días de entregados los documentos, la carta está sin hacer. Le tomaron el pelo, lo hicieron ir 10 veces en vano como si ir allí fuera gratis. Pagamos colectivo o gastamos nafta. Todo en vano… Solo les digo que nos ayuden. Nada más…
Hoy por hoy, esta institución perdió mi respeto… ¿No tienen un poco de corazón? Esta carta la podría estar escribiendo cualquiera de sus hijos.
Hoy por hoy, esta institución perdió mi respeto… ¿No tienen un poco de corazón? Esta carta la podría estar escribiendo cualquiera de sus hijos.
