(Notas de Usuarios) – La disputa por Malvinas abarca la plataforma marítima y parte de la Antártida, la pretensión británica alcanza los 5 millones de kilómetros cuadrados: casi el doble del territorio continental argentino. Esto lo convierte en el conflicto de soberanía territorial más importante del planeta, que abarca aspectos políticos, jurídicos, económicos, militares y ambientales. De los proyectos que ha presentado Proyecto Sur en la Cámara de Diputados, uno sólo fue aprobado por unanimidad en ambas cámaras y es hoy Ley de la Nación. Se trata de la Ley 26.659 por la cual nuestro país debe impedir a operar en suelo argentino a las firmas que directa o indirectamente activen el petróleo de las Malvinas. Si se aplicara esta ley el British Ruby, el buque metanero que transporta gas y que pertenece a la petrolera British Petroleum, con sede en Londres, no podría haber operado entre lunes y martes en el puerto de Ingeniero White.
En nuestra opinión este hecho no favorece lo que debiera ser una política pacífica pero firme hacia la recuperación de Malvinas, ya que es la misma ENARSA, una empresa estatal, la que contrató mediante licitación a la petrolera inglesa.
Quizás muchos recuerden que la British Petroleum es la responsable del derrame de petróleo en el Golfo de Méjico y teniendo en cuenta también la peligrosidad de estos buques y la cercanía con la que operan en nuestro territorio decimos claramente que no puede haber cuidado del medio ambiente si no desarrollamos una política energética soberana.
Se piensa que es inevitable la contratación cada vez mayor de estos buques metaneros, como si esto tuviera un carácter inexorable, cuando la realidad se puede cambiar y revertir tomando con la seriedad que merece y asumiendo que nuestra matriz energética es retrógrada pensando sólo en el dato de que la presencia de energías renovables dentro de la misma es prácticamente nula.
Es esta política energética la que ha llevado a situaciones como la que vivimos con el proyecto del dragado en Cerri, que pretende destruir un estuario de valor inestimable dentro del ecosistema, lo cual ha traído una organización inédita y efectiva expresada en el movimiento No al Dragado y la Asamblea Ambiental Buenos Aires Sur.
Los argentinos podemos llevar adelante otra política energética, es sólo cuestión de proponérselo.
Por último queremos expresar que no existe contradicción entre Famatina y Malvinas, el territorio argentino en su totalidad y todos sus recursos o bienes naturales deben cuidarse desde un estado soberano para el desarrollo pleno de la población. La importancia de la recuperación de las Malvinas no es sólo Argentina como lo ha demostrado la solidaridad de América Latina entre ellos los países del ALBA. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, afirmó este sábado que el caso de las Islas Malvinas, cuya soberanía se disputan el Reino Unido y Argentina, es «el rezago más brutal» del colonialismo en América.
Sólo desde la soberanía, la igualdad y el respeto entre las naciones, independientemente de su tamaño podremos transformar el mundo para cuidar a las futuras generaciones. Pero esto sólo se puede lograr con la participación y compromiso de las poblaciones, como lo está demostrando Catamarca y, afortunadamente, Bahía Blanca también.
La autora de la nota enviada a Solo Local es integrante de Proyecto Sur en Bahía Blanca
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