Códigos K en Bahía Blanca

uocraHacía ya varios minutos que el acto en el salón del sindicato de Luz y Fuerza había terminado y Amado Boudou todavía pugnaba por avanzar entre el gentío y alcanzar el quincho donde lo esperaba un rápido almuerzo. Siempre sonriente y pese al calor y la humedad dispuesto a cualquier abrazo, beso ó foto, el vicepresidente aceptó el enésimo pedido para ser retratado. Venía de parte de un bullicioso grupo de jóvenes con remeras color azul marino y la inscripción JP. Detrás de ellos, como un chico más, asomaba su figura Gustavo Bevilacqua. Mientras la lente se aprestaba a apuntar hacia el grupo, uno de los secretarios municipales que pasaba por ahí se paró a una prudente distancia del objetivo. «¿No salís en la foto?» le pregunté al colaborador del intendente interino, experto en eso de hacer equilibrio. «No, yo soy Cámpora» respondió, en referencia a la línea creada por Máximo Kirchner que, como se puede leer en esta nota, acumula cada vez más peso dentro de la órbita K. La contestación del funcionario refleja los códigos que existen entre quienes participan hoy por hoy de la cocina del poder en Bahía Blanca. Y en esa codificación, mucho más compleja que la binaria amigo-enemigo que el kirchnerismo aplica hacia afuera para diferenciarse de quienes osan cuestionarlos, los gestos, imágenes, planos y contraplanos tienen un valor preponderante. Para muestra, un botón. Los bombos, viseras amarillas y banderas verde flúo de la UOCRA son, desde hace tiempo, un clásico de los actos oficialistas. Sin embargo, como lo muestra la foto que acompaña esta nota, los muchachos, esta vez, se tuvieron que conformar con verlo desde afuera.

Podrá decirse que el acto estaba dedicado al sector del campo y la presencia de la columna de los obreros de la construcción dentro del predio lucifuercista podía desentonar con el espíritu de la convocatoria. Pero también vale mencionar que este «desaire» ocurre pocos días después de que una concentración de ese mismo gremio copara el hall de Alsina 65 para reclamar por el atraso en el envío de fondos de la Nación al municipio que permitan concluir con varios barrios del Plan Federal y levantar el despido de unos 600 trabajadores. ¿Los habrán mandado castigados detrás del alambrado? ¿Será por eso que por primera vez entre los estandartes de la UOCRA comenzaron a aparecer algunos que piden «Viviendas para los que las construyen»? Con la ausencia de las huestes gremiales (tampoco se vio a otras columnas sindicales, ni siquiera las del anfitrión dentro del complejo) el protagonismo de la animación militante del acto se lo llevaron las barras juveniles de la JP y la Cámpora. Estos últimos, como muestra este video, lograron entusiasmar al propio Boudou con sus cánticos contra «la derecha» y «los gorilas». Incluso el vicepresidente los acompañó, susurrando algunas de sus consignas, como aquella que muestra este pasaje, en la que invocan a … Maradona. No lograron, sin embargo, que se prendiera con aquel cántico ochentista y bien de la izquierda bahiense que pide «traigan al gorila de Massot…» impensable de oir en ese ámbito en tiempos no tan lejanos de Breitenstein intendente en ejercicio. A propósito: pasó más que desaparecibida su presencia en el acto. Aunque muchos ni se dieron en cuenta, el jefe comunal interino (a quien algunos ya se animan a nombrar ex intendente, como se puede leer aquí) participó, desde Pilar, de una de las tres videoconferencias que protagonizó la presidenta Cristina Fernández. Breitenstein también había estado presente en la polémica teleconferencia del jueves pasado desde Olavarría, como Solo Local publicó en esta nota.

Y para finalizar con el juego de planos y contraplanos, quien, fiel a su costumbre, no abusó del protagonismo fue Dámaso Larraburu. Alejado por completo del sector externo desde donde se realizó la teleconferencia, en el acto principal se lo vio sentado en la primera fila, como muestra esta foto. Y al final, fue uno de los pocos dirigentes locales, sino el único, que acompañaron a Boudou en la combi de regreso hacia el aeropuerto, donde había sido uno de los primeros en recibirlo. Como corresponde al Dámaso Dalmacio Vélez Sarsfield de los códigos justicialistas (hoy K, ayer D, anteayer M, más allá C) bahienses.

 

 

 

 

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