(Notas de Usuarios) – Mi nombre es Leonor y soy profesional recibida y actual estudiante, del Instituto de Formación Docente N° 3 «Dr. Julio César Avanza», situado en Vieytes 51/53 de nuestra ciudad. Escribo esta nota porque me enteré por las noticias que se está construyendo un elevador para el salón municipal, situación que me parece excelente a estas alturas. El tema que me preocupa es que en el emblemático Instituto Avanza necesitamos hace muchos, pero muchos años, la instalación de un ascensor, tanto para el Instituto Avanza como para el Instituto N° 86 de Educación Física que también funciona en el primer piso. Según las autoridades a las que hemos consultado con un grupo de compañeros acerca del tema, es IMPOSIBLE que el Consejo Escolar de Bahía Blanca escuche nuestro reclamo porque hace mucho que se viene pidiendo lo mismo y parece ser un tema que a nadie importa ó preocupa, a menos que tenga que subir las escaleras todos los días y varias veces al día.
Al Instituto concurren diariamente todo tipo de personas: jóvenes, adultos, adultos mayores, embarazadas, disminuidos visuales, personas discapacitadas y personas invalidadas temporalmente. Si a esto le sumamos que en la entrada a la institución no existe ningún tipo de rampa que permita el acceso a sillas de ruedas, me parece que nos encontramos ante un problema importante que está siendo tapado con un dedo y descartado de la lista de tareas de los que tienen que hacerse cargo.
Yo particularmente no poseo ningún problema que me impida tomar diariamente las escaleras, pero hay una buena cantidad de personal y de alumnado que realmente lo padece, ya sea por problemas propios de la edad ó por distintas causas físicas. Por ejemplo, y sin apelar a lo dramático de las causas físicas, muchos de los alumno/as de ambos institutos utilizan bicicletas como medio de transporte, las cuales suben y bajan constantemente por las escaleras, situación que torna dificultoso y peligroso el ascenso y descenso de las instituciones en las horas «pico» de entrada y salida de ambos institutos. Más de un profesor puede contar de algún que otro esguince de tobillo sufrido al caer o al pisar mal por las escaleras.
Como no quiero que esto siga quedando en el olvido, me he tomado estos minutos para escribir esta breve nota y hacer de público conocimiento este tema que, si se lo minimiza, seguirá dando lugar a la existencia de grandes falencias a nivel educativo, que van más allá de la infraestructura precaria con la que cuentan las instituciones educativas bahienses en general.
Optamos por este medio democrático para iniciar nuestro reclamo y esperamos que se materialice pronto.
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