Los que se suponen son “nuestros representantes” no solo marchan al compás del negocio, sino que muestran además un grado de desinformación y mediocridad que raya lo obsceno. No pueden desconocer lo que sucede con muchas de estas empresas en el mundo que han generado y generan conflictos socio ambientales de diferente tenor. ¿Cómo puede ser que un simple ciudadano pueda sentarse frente a una computadora o realizar una búsqueda bibliográfica y obtener en poco tiempo muchísima información al respecto? ¿Ellos no pueden o no quieren? O lo que es peor aun, ¿no les interesa?
Y qué decir de las Universidades, cuasi mudas, otorgando con su silencio cómplice.
Y qué decir de aquellos que deberían tomar el compromiso de recoger sistemáticamente los datos que pondrían de manifiesto la creciente perdida en salud de la población.
Sin duda, estoy abrumado ante tanta banalización de lo que debería ser el BUEN VIVIR.
No señores, esto no es progreso. Esto es el descenso a lo más oscuro del SER HUMANO.
