Medición de Fuerzas en el PJ Bahiense

La primera fotografía del paisaje del peronismo de Bahía Blanca tras el reciente cierre de listas de cara a las elecciones de este año indica que Dámaso Larraburu puede haber mantenido buena parte de la influencia que desde hace muchos años viene teniendo en la ciudad pero que no pudo hacer lo mismo a nivel seccional. En la Sexta, el artífice de la designación de dos de los tres primeros senadores de su mismo grupo resultó Marcelo Feliú, referenciado en el ministro del Interior Florencio Randazzo, segun se lee en este enlace, uno de los ganadores de la cocina preelectoral en el Frente para la Victoria. También surge como primera impresión que el intendente Cristian Breitenstein parece compartir un incierto destino con su “amigo” Daniel Scioli, signado por encuestas que les pueden “dar bien”, pero también por un escaso o nulo peso político que les impide intentar cualquier otra cosa que no sea aquello que les manden sus verdaderos jefes.

En diciembre de 2007, Dámaso Larraburu tenía tres senadores propios: Elsa Strizzi, Oscar Temporelli y Alicia Fernández de Gaviola, por Bahía Blanca, a quienes se sumaban dos aliados incondicionales: Hugo Corvatta (Saavedra) y el recientemente fallecido Carlos Mosse (Benito Juárez). En diciembre de 2011, sólo tendrá uno: su prima Diana, cuya designación privilegió por encima de cualquier “experimento” ajeno a cualquier nombre que no sea alguien de su más estricto riñón, en especial luego de experiencias que parecen no haberle dado los resultados esperados, por caso la designación como diputado de Iván Budassi en 2009.

Más allá de los nombres, el dato concreto es que es esta la primera vez en mucho tiempo, casi 20 años nada menos, que Larraburu queda en clara desventaja desde que se conformó el grupo regional denominado como “La Cooperativa”, del cual formaron parte, entre otros, además del actual vicepresidente del grupo Bapro, el ex intendente de Patagones Haroldo Lebed y el ex intendente de Puán, Carlos Astorga. Y surge otro dato inédito: que el candidato a vicepresidente Amado Boudou haya estirado su área de influencia hasta la Sexta para colocar a uno de los suyos, en la lista del peronismo seccional, como el caso de su asesor, el pringlense Jorge Ruesga, tal cual se publica aquí.

En relación al intendente bahiense, al igual que parece haberle sucedido a Scioli con Gabriel Mariotto, cuyo nombre como candidato a vicegobernador fue impuesto por decreto de la Casa Rosada, a Breitenstein, ni siquiera se le concedió la posibilidad de designar a quien será el primer concejal de la lista que él encabezará ya que ese lugar quedó reservado al abogado Gustavo Bevilacqua, fruto del «dedo” de Larraburu. Bevilacqua, nacido en Bahía Blanca pero criado y formado en Médanos, fue precandidato a intendente de Villarino en una interna justicialista y en el caso de que Breitenstein resultara electo debería reemplazarlo al frente del Ejecutivo bahiense si, por caso, el jefe comunal decidiera hacer uno de sus habituales viajes por el exterior. Este lunes, Bevilacqua fue entrevistado en la versión radial de Café por Medio sobre la eventualidad de que, si es reelecto, el intendente Breitenstein pudiera dejar su puesto a mitad de su nuevo mandato para subir a otro de mayor rango a nivel provincial ó nacional. Sorprendió que la respuesta del flamante candidato a concejal no fuera una rotunda desmentida, sino una proliferación de elogios hacia la capacidad e inteligencia del actual jefe comunal… para aspirar a puestos de más relevancia.

Finalmente, a medida que pasan las horas, y a juzgar por la conformación de las listas, algunos avisados se preguntan qué fue lo que sucedió con el, en su momento muy mentado, “Acuerdo Programático” suscripto por el oficialismo local con Federico Susbielles. En los hechos, en estrictos términos electorales, esa alianza en la que el ex basquetbolista apostó toda una historia política de dos candidaturas a la intendencia (2003 y 2007), además de los réditos de su gestión al frente del PAMI, se tradujo en la sola designación de Rafael Morini en el cuarto lugar de la lista de candidatos a concejales. Es decir que a la hora de la verdad, ni una senaduría provincial, ni mucho menos una diputación nacional, cayeron en manos del otrora referente de Elisa Carrió y Graciela Ocaña, devenido en “acérrimo kirchnerista”.

 

 

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