La empresa estatal ENARSA que depende del ministro Julio De Vido le sigue sacando el jugo al Gas Natural Licuado que ingresa por el puerto de Bahía Blanca. Además de comprarle cantidades crecientes de ese producto a las petroleras, como Solo Local publicó en esta nota, ahora también se lo ofrece en forma directa a las industrias que lo necesitan para hacer frente al invierno que, en materia de producción, ya comenzó a sentirse antes de que mañana llegue al calendario. Según publica en esta nota el diario El Cronista, el 14% de las importaciones de GNL con el que se queda ENARSA es despachado al estilo delivery a aquellas plantas que se lo demanden para cubrir las restricciones en el suministro que ya padecen desde mayo por la política oficial de priorizar la provisión de gas a los consumidores residenciales. Esa reventa no produce ganancias para el Estado: como lo ofrece internamente a un precio 60% inferior de lo que lo compra (U$S 4 por millón de BTU contra U$S 10), apenas le sirve para achicar en parte la cuenta de subsidios al sector energético que crece año tras año, una política cada vez más cara, según se puede leer aquí.
Aunque desde hace un par de semanas se sumó al puesto de regasificación en White la planta instalada en Escobar, más cara y complicada operativamente que la estación bahiense, los embarques de GNL no cesan de arribar al muelle de Compañía Mega. De ese amarradero se acaba de retirar esta mañana el buque belga Methania, cuyo recorrido puede seguirse on line a través de este sitio, después de trasvasar GNL al regasificador Excellence que desde principios de abril permanece amarrado en el puerto de Bahía Blanca.
Después de la controvertida y tímida experiencia realizada en el año 2008, las importaciones de GNL se han convertido en la principal herramienta del Estado argentino para, por un lado, suplir la falta de inversiones del sector privado en la exploración de nuevas reservas de gas y por otro lado, hacer frente a la demanda creciente del sector industrial y también del público consumidor. Así Solo Local ya advirtió en marzo del año pasado que La Regasificación Vino para Quedarse. La magntitud que va tomando el negocio, con la habilitación reciente del puerto en Escobar y el interés de Qatar en instalarse en el Golfo de San Matías, tal cual se publica aquí, explica que se hable tanto del interés de Repsol YPF por radicar una planta regasificadora propia en Puerto Cuatreros, previo dragado del canal de acceso. La petrolera española-argentina ya participa en dos tramos del mercado: vía licitación se adjudicó varias compras de embarques pagados por ENARSA y además es controlante, junto a Petrobras y Dow, de Compañía Mega, la separadora y fraccionadora de gas que recibe el fluido regasificado desde los buques, los cuales no pertenecen a la petrolera. Si logra radicarse frente a Cerri con su propia planta, el círculo cerrará aun más para YPF. Y si obtiene que la obra de dragado imprescindible para que ingresan los buques metaneros la sufrague otro también (¿Vale?), mucho mejor. Cabe preguntarse si, en ese caso, la operación también «cerrará» para los habitantes de Cerri que deberán convivir frente a sus costas con un proceso que, si bien en estos cuatro años de operación no ha provocado daños visibles, ya ha generado preocupación en el Parlamento, como se publicó en este enlace.
Fuente de la foto: http://www.vesseltracker.com/es/ShipPhotos/295646-.html

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