Como un chico al que le sacaron la pelota y no lo dejan ir a jugar. Así se lo pudo ver el jueves por la noche en la Universidad Nacional del Sur al secretario de Salud del municipio de Bahía Blanca. Sorprendió el rostro adusto del médico Diego Palomo quien, como muestra este video, prefirió el calor militante del pullman del salón de actos de Avenida Alem 1253 a la comodidad y la cercanía de las primeras filas donde sus compañeros de gabinete y concejales oficialistas se peleaban por estar bien próximos a Gabriel Mariotto, Federico Susbielles y Cristian Breitenstein. Justamente el intendente habría sido el causante del evidente malestar del ex gerente del PAMI bahiense. Esta semana, el jefe comunal lo habría conminado a abandonar el cargo de planta permanente que, licencia mediante, se había asegurado en la obra social de los jubilados, antes de emprender su traslado a las oficinas de Alsina 65, tal como Solo Local reveló en Las Coincidencias del Doctor Palomo. Las exigencias de demostraciones de decoro por parte del mandamás municipal no terminaron allí. También habrían alcanzado al ex secretario Legal y Técnico del municipio y actual diputado provincial Iván Budassi, sorprendido en una situación similar a la de Palomo con un puesto en la Administración Federal de Ingresos Públicos, tal cual se reveló en esta nota de usuarios. En estas horas decisivas de cierres de listas, los gestos y manifestaciones de fe hacia quien tiene el poder de digitarlas, están a la orden del día en las filas oficialistas.
Después del traspié que significó tener que dar el debate en el Concejo Deliberante sobre la rendición de cuentas de 2010 (donde quedó en evidencia que el actual plantel de funcionarios políticos supera los cien cargos y es el más alto en la historia del municipio) y del resurgimiento del factor Weyland al conocerse las objeciones a la rendición de 2009 del Instituto Cultural, urgen las señales de que algunos «errores» hay que corregirlos.
Pese a quien le pese y caiga quien caiga, parece ser la consigna. Más cuando desde la oposición y la CTA baten cada vez más el parche sobre la situación de los mil setecientos trabajadores municipales precarizados que hay en la plantilla comunal.
La caída en desgracia de los conchabos de Palomo y Budassi en sendos organismos oficiales ya circula en tono de broma en Twitter. «Y ahi fueron los dos, calladitos a renunciar nomás; así anda diciendo la peonada alrededor del fogón», tuiteó Malos Módenes (ver aquí), nombre inspirado en un dirigente radical de los albores democráticos.
