Señor Intendente de la Bahía del Silencio, Cristian Breitenstein, ha sumado a su decisión de seguir sosteniendo funcionarios que fueron Agentes Secretos en la estructura de Inteligencia del Terrorismo de Estado con la excusa de la existencia o no de delitos, un gesto más en su falta de compromiso con la ética y la condena social, y con relación a las políticas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia. Ante el reclamo periodístico sobre su pensamiento respecto de la decisión de la Cámara Federal de Apelaciones, usó el mismo argumento que utilizara el menemismo al decir que el justicialismo frente a la cuestión de los desaparecidos, reivindica el hecho de que la mayoría eran de ese partido. Eso sí, por las dudas dijo, más allá de las críticas con relación a los métodos llevados adelante. Y finalizó que hay que respetar la institución judicial. Es bueno entonces recordarle Intendente (frente a su contribución al olvido), que si bien es cierto que la mayoría eran de su partido, eran fundamentalmente Peronistas Revolucionarios, no justicialistas. No es lo mismo que lo que el pretende dibujar, olvidándose además que esos mismos compañeros y de otros idearios políticos fueron perseguidos previamente, e incluso muchos asesinados, por la Triple A. Gestada por López Rega e integrada por las todas las fuerzas armadas y de seguridad, como por amplios grupos sindicales.
Tal lo sucedido en la Bahía del Silencio donde algunos todavía caminan por la ciudad, e incluso siguen afiliados a su partido. Claro que tienen la suerte de que no haya pruebas judiciales, por ahora, para juzgarlos y condenarlos.
Por supuesto señor Intendente Breitenstein, que las políticas Estado de nuestro Gobierno Nacional en lo que a la dictadura cívico militar genocida se refiere, y que fueran impulsadas por Néstor Kirchner y continuadas hoy por Cristina Fernandez, en consonancia con la lucha de los Organismos de Derechos Humanos que hace años buscamos Memoria, Verdad y Justicia, no le interesaron nunca. A pesar que intentó una vez siendo presidente del Concejo Deliberante, con quien suscribe, lograr un listado separado de víctimas y de épocas por su condición de, como dice él justicialistas, para convocar a un acto sectario y oportunista, cosa que no logró.
Intendente: los que cayeron eran Peronistas Revolucionarios y de otras las vertientes políticas que se jugaron la vida. Nadie reivindica nada de aquella lucha en términos individuales, de partidocracia o de cantidades de un lado u otro de las ideas de aquella lucha. Los militantes de la Gloriosa JP, de la JUP, de la JTP o de cualquier otra organización, que soñaron con aquello de que “el peronismo será revolucionario”, sostenidos en el pensamiento de Eva Perón y el Socialismo Nacional, nunca podrán ser identificados como justicialistas porque insisto, eran Peronistas Revolucionarios.
En cuanto a los métodos, como dice Ud., sería conveniente que se abstenga de entrar en ese análisis, que se parece al de los que adhirieron a la teoría de los dos demonios. Porque además quienes piensan como Ud. los mantuvieron escondidos u olvidados, o sostuvieron las políticas de los 90 sin un asquito, y mucho menos autocrítica. En especial cuando todavía en la sede de su partido se mantiene encabezando dicho lugar, un cuadro de Carlos Saúl Menem.
En cuanto al respeto por la institución judicial, está usted falto de información o se hace el distraído, ya que de los que hace 35 años que luchamos por juzgar a los asesinos de la dictadura, nunca ha habido gesto, conducta o acción que fuera en contra de las instituciones, a pesar de haber sido nosotros los agredidos por muchos dirigentes políticos radicales y justicialistas con Punto Final, Obediencia Debida e Indultos, o jueces que han tomado medidas a favor de la impunidad. A menos que Ud. pretenda que no nos expresemos con todas las palabras son que corresponde valorar a quienes operan en tal sentido. O pretenda sostener el silencio, donde La Nueva Provincia juega un rol central desde hace años reivindicando el genocidio y de la que Ud. nunca ha dicho una palabra con relación a esa etapa de la historia.
Es triste descubrir que un hombre joven como Ud. sostenga esa visión, y que esa Bahía del Silencio que gobierna sea tan diferente a otros lugares del país, donde el compromiso de nuestro Gobierno Nacional y Popular ha calado hondo, y ha ido cambiando culturalmente la destrucción de aquella dictadura y la del neoliberalismo de los 90.
De cualquier manera y aunque tarde un poco más, lo que parece imposible se hará realidad y arribaremos al puerto de la Bahía de la Esperanza que soñaron y soñamos muchos.
Firmado: Eduardo A. Hidalgo, Ex Detenido Desaparecido, Secretario General
ASAMBLEA PERMANENTE POR LOS DERECHOS HUMANOS DE BAHIA BLANCA
