Kirchnerismo, Larraburismo y Juventud

(Notas de Usuarios) – Todavía recuerdo ese 27 de Octubre en el que murió Kirchner, no parece tan lejano en el tiempo, ¿no? Recuerdo sobre todo que en los medios de comunicación, independientemente de su color político, ese día hubo una especie de relato compartido sobre la muerte de Kirchner. Al pasar las imágenes de su velorio, todos resaltaron las mismas dos cosas: la gran cantidad de jóvenes que sintieron la muerte del ex presidente; y el carácter de militante de Néstor. Hago este recordatorio para poner de relieve que (ya desde antes, pero sobre todo luego de la muerte de Kirchner) se viene haciendo una permanente arenga a la juventud para que milite en política, lo cual no sólo veo positivo, sino necesario. Ahora bien, necesario tendría que ser también que no se tome a la ligera este compromiso político que siente hoy la juventud (no solo kirchnerista), y hacer una crítica sobre los métodos y los caminos que se nos muestra a los jóvenes.

Digo todo esto porque se han estado sucediendo distintos acontecimientos que merecen ser, por lo menos, pensados por cada uno, y ¿por qué no? debatidos dentro de las mismas agrupaciones políticas (no solo las juventudes). En primer lugar quiero hacer referencia a un hecho lamentable del que ya Solo Local dio noticia en notas anteriores, que es la tristísima decisión de “polarizar” los actos por la memoria correspondientes al 24 de marzo; creo que en el contexto único de estar a menos de un mes de la apertura de juicios a los genocidas de nuestra ciudad, la actitud debería haber sido la unidad en la diversidad. Romper con la tradicional marcha de los 24 de marzo, y hacer “rancho aparte” un día antes con la CGT fue una actitud mezquina, chiquita y que lo único que logró fue mostrar dividido, en un momento trascendental, al colectivo de agrupaciones en lucha por los DDHH.

En segundo lugar, me parece que es imposible no reflexionar un poquito a cerca de todo lo surgido, (o blanqueado), a partir de los cambios en el gabinete que acaba de hacer Breitenstein. Habrá que hacer aunque sea un mínimo análisis del lugar que cada espacio, fuerza o expresión política ocupa en el mapa político de nuestra ciudad, porque ello revelará quienes están en el entramado de poder, cómo lo ejercitan, y cuales son sus necesidades.

Y entonces, ante esta nueva relación de alianzas locales, de “acuerdos programáticos”, la pregunta que se abre paso no será ¿Dónde quedó ese Susbielles anti Larraburu, que identificaba a Cristian como derecha?, sino más bien ¿Qué tan barato se vende a una militancia que se identifica claramente con otra cosa? Es sabido, a Cristian el fantasma de la colectora lo pudo, pero a Susbielles lo pudo el carguito, ¿y la ilusión de los pibes que se abren a la política? Los jóvenes militantes ¿van a entender cuando se les explique que ahora tienen que laburar en el barrio con la gente del PRO y Ciccola?  realmente ¿creerán que se va a luchar desde dentro del PJ bahiense con Larraburu y Breitenstein arriba?  Digo otra vez: habrá que hacer aunque sea un mínimo análisis del lugar que cada espacio, fuerza o expresión política ocupa en el mapa político de nuestra ciudad.

Por último, creo que no tiene sentido la juventud en la política, si no se revisan actitudes como la que tuvieron las Juventudes Kirchneristas, cuando corporativamente salieron (en defensa de Breitenstein) a repudiar públicamente a las militantes que hicieron las pintadas en el palacio Municipal. Curiosamente muchas agrupaciones (o sus cúpulas) que siempre se mostraron contrarias al intendente y su gobierno, de repente salieron al cruce de quienes lo “atacaban”: un par de pibas militantes. Creo que hoy viendo donde está cada agrupación, se entiende el porque de semejante traición.

Hace unos meses un usuario de Solo Local colgaba un documento muy interesante donde se refería a estos problemas de la juventud. En el señalaba que: “A algunos grupos juveniles, no deben achacárseles errores de juventud, sino una inexplicable VEJEZ PREMATURA”.

Espero que el debate sobre la manera en que se integran los jóvenes a la política no sea ninguneado, y los que se tengan que hacer cargo no miren para otro lado. Argumentaciones del tipo “bancar las contradicciones del modelo” o “primero hay que ver la correlación de fuerzas” tarde o temprano encontrarán su límite en los jóvenes.

 

 

 

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