Grupo Plaza: Los Poderosos No Pueden Hacer lo que Quieren

(Notas de Usuarios)– En relación con el conflicto en el transporte colectivo de pasajeros, el intendente municipal, como es su costumbre, ha recurrido a frases hechas, mientras que el vocero del grupo Plaza como ha sido habitual, culpa a otros en lugar de asumir las falencias en el servicio. Hay que recordar que para justificar las deficiencias, esa empresa primero adujo que transitaba por muchas calles de tierra, después culpó a la oposición argumentando que quería el fracaso del sistema, más tarde se quejó de que el valor del boleto no era redituable y ahora dice que “los conductores con los que nos hemos encontrado cuando asumimos la responsabilidad de prestar el servicio nos han estado saboteando constantemente”. Cuesta creer que el grupo Plaza, con su experiencia y poderío haya soportado “sabotajes” durante tres años, según lo ha revelado el comunicador Gustavo Gago, por lo que ponemos en duda la veracidad de esas afirmaciones.

De lo que no hay dudas es que los mayores receptores de las quejas y el justificado malhumor de los usuarios por los incumplimientos han sido los choferes y los medios de comunicación.

Todo esto ante la pasividad del Departamento Ejecutivo Municipal que nunca asumió el problema con firmeza y en cambio intentó minimizar las deficiencias, ya que el intendente Breitenstein decía que las quejas ante los medios periodísticos eran dirigidas por punteros políticos y el secretario de Gobierno Borelli repetía que “el sistema está mejorando” y descalificaba los informes de la comisión de Usuarios Testigos.

En las últimas horas se ha escuchado al Intendente decir que “no me va a temblar el pulso”, una frase que tiene poco que ver con la debilidad que ha demostrado durante tres años ante el grupo de los hermanos Cirigliano, que desde que llegó ha hecho lo que quiso.

Comenzó Plaza su prestación en 2008 imponiendo que iba a cobrar el pasaje en monedas. Esto lo permitió el Departamento Ejecutivo ignorando una resolución del Concejo Deliberante donde se expresaba que debía utilizar el sistema de pago vigente, que era Tarjebus. Como no se conseguían monedas impuso el boleto fiscal, también autorizado por Breitenstein. Desde la adjudicación en Febrero de 2009, hasta ahora, entre otras cosas, no cumplió frecuencias trajo colectivos más antiguos y no ha tenido la dotación de unidades establecidas en el pliego.

También ha dicho el intendente que “el dueño del transporte público es el usuario”. Esta frase, con visos de demagogia, nada tiene que ver con una realidad que demuestra que en lugar de dueños son sufrientes usuarios de un deficiente servicio.

Es deseable que el municipio como poder concedente y con todas las atribuciones que tiene haga respetar lo que se fijó en la licitación que puso en vigencia el actual sistema y aplique las medidas y sanciones que correspondan –aunque se trate de grupos económicamente poderosos y amigos del gobierno nacional – porque es inaceptable que se sigan tolerando incumplimientos que perjudican a los usuarios.

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