(Notas de Usuarios) – Me dirijo a usted con el mayor de los respetos y con este pensamiento que llevo adentro de mi alma. Le comunico que el 16 de octubre del año 2004 Víctor Pablo Cuchán, vecino mío de 25 años, mató a mi hija Luciana de 15 años de la siguiente forma: la mató, la descuartizó, la incineró, hizo desaparecer todo el cuerpo y lo único que me dejó en mis manos como un trofeo fue el cráneo. Hace seis años que este reo se manejaba dentro del penal 4 de la ciudad de Bahía Blanca, como un empleado más del Servicio Penitenciario y teniendo privilegios que le daban los funcionarios del penal, por el aporte de grandes donaciones por parte de sus padres. Cuando me entero de esta situación, me acerco al Penal y formulo las denuncias correspondientes, con lo cual se inicia un sumario de 600 hojas y se llama a más de 60 personas, empleados del Servicio Penitenciario para que declaren frente al instructor de la causa Oscar Filipini. En ese sumario está prácticamente comprobado, con nombre y apellido de los funcionarios, que permitían a través de las donaciones de los padres que se realizaran todas estas irregularidades. Ese sumario administrativo, después de pasar un año y tres meses, está prácticamente archivado en las oficinas del mencionado Filipini.
Al llegar esta causa al Subdirector de Política Criminal, Dr. Cesar Albarracín y al Ministro Ricardo Casal, por dichos míos, me concedió una audiencia y al reo Pablo Cuchan lo trasladan a Sierra Chica, Unidad N°2, de Tandil. A los 30 días por orden del Tribunal N°1 es enviado nuevamente al Penal N°4 de Bahía Blanca, diciendo el Presidente del Tribunal Dr. De Rosa que no se justificaba el traslado del asesino a Sierra Chica, ya que el mismo tenía una excelente conducta y comportamiento con sus compañeros. ¡Cómo no iba tener ese comportamiento si era beneficiado y protegido por todo el servicio penitenciario de esa unidad penal! Inclusive se daba el lujo de transitar por dentro del penal hasta con cámara filmadora. Eran “off de record” los comentarios del todo el servicio penitenciario y los presos de lo que hacía y como vivía el asesino Pablo Cuchan. Al estar nuevamente en Bahía Blanca lo alojan en el Pabellón N°4 donde está aislado permanentemente del resto de la población carcelaria. Para mi sorpresa, el día 8 de Febrero de 2011 llega una orden al Director Vargas del Penal N°4 de nuestra ciudad del Tribunal N°1 de que se lo traslade al penal N°19 de Saavedra ya que ellos consideran que el reo Cuchan no puede estar en un Pabellón aislado totalmente del resto de la población, diciendo nuevamente que la conducta de Cuchan es ejemplar.
Señor Gobernador: con el mayor de mi respeto lo escucho en los medios y lo veo en los canales de televisión, además de verlo en Bahía Blanca junto al Intendente Cristian Breitenstein, diciendo que todo preso que ha cometido un crimen aberrante tiene que ser alojado y pagar su condena en un penal de máxima seguridad. Me parece perfecto y razonable lo que usted predica ante los medios de difusión, pero lamentablemente le tengo que decir que ese discurso que usted le dice a todos los argentinos cae en saco roto. Por eso me dirijo a usted por Facebook que llega a todos los hogares de los Argentinos y a los medios de comunicación y le pregunto: ¿A Usted le parece que lo que está pasando con este reo está bien? Y por último me dirijo a los ciudadanos argentinos que vean esta nota y tengan la posibilidad de llegar al gobernador para que le comenten la injusticia que se está cometiendo con el trato hacia este asesino.
Lo saludo atentamente.
JULIO MORETTI
