(Nota de Usuarios) – Nunca mejor utilizada la frase que se desprende del tema musical de Ignacio Copani, y que es usado desde antaño por nuestros abuelos que lograban realizar reparaciones con chauchas y palitos. La diferencia en estos casos con respectos a aquellos tiempos, sería que esa “refacción” estaba bien hecha y lo que era provisorio, duraba más de lo pensado. A lo que quiero apuntar es al terrible estado de las calles de Bahía Blanca, a las que siguiendo ese refrán, simplemente las rellenan de forma provisoria con brea. Y como será de momentáneo el arreglo que al transcurso de unos pocos días y con el simple tránsito vehicular, no queda rastro alguno del mismo. Quedó más que claro que se estableció un extenso presupuesto para la reparación de varias calles de la ciudad, estipulando repavimentación para las más “golpeadas” por la circulación de vehículos y de pavimentación para aquellas arterias que en vísperas del 2011, presentan una estructura de tierra.
No queda otra expresión y conclusión para definir el estado de las calles de Bahía Blanca, más que desastrosas. Eso te lo dirá cualquier periodista, vecino y más aún los conductores que día a día tienen que “luchar” contra los baches y obstáculos que las mismas presentan. Ya sea en el centro de la ciudad, como en los barrios linderos o los sectores más pobres de la ciudad.
Es tradicional la queja de quienes circulan con automóviles, camionetas o camiones; como de quienes lo hacen con motos y bicicletas. Por un lado están los que dicen que se les rompen sus vehículos al transitar por determinada calle o por “agarrar” dicho pozo; como también los que expresan su inseguridad al circular con sus medios de transporte de menor tamaño, por miedo de perder su estabilidad con los ya mencionados baches y terminar en un accidente.
¿Hay que tener paciencia? Ok, pero lo menos que se espera en estos casos es que las reparaciones que poco perduran por su mal accionar, se realicen de la forma correcta. Si esa refacción debe hacerse con brea caliente y luego del rellenado, pasarle la aplanadora y esperar determinado tiempo para que se habilite la circulación en la arteria, que se haga. Y no por lo contrario, que en 5 minutos y contados, rellenen los diversos pozos que presenta una misma cuadra, no se corte el tránsito y con el paso de los minutos se observe como se diluye, con el viento o con el paso de los vehículos, ese rellenado que con suerte termina durando unos pocos días.
Enviado a Solo Local por Elián Romero
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