(Notas de Usuarios)- A partir de la reiteración de violentos accidentes de tránsito, la aparente disminución en las infracciones viales y las continuas declaraciones del buen funcionamiento del programa “Bahía Conduce”, surge la pregunta: ¿Manejamos bien los bahienses? Que los índices de infracciones de tránsito han disminuido es indudable y mucha parte se ha logrado por el elevado monto de las multas que las mismas acarrean y otro poco, por los controles que se vienen desarrollando desde hace un largo tiempo en la ciudad. ¿Pero eso es un indicio que los bahienses han mejorado su manera de conducir? ¿O simplemente se “cuidan” o “abstienen” de cometer las faltas para no ser multados?
Sólo basta con detenerse unos minutos y observar que los automovilistas, en su mayoría, siguen con los mismos vicios a la hora de manejar su automóvil; y se acrecienta aún más fuera de la zona céntrica de la ciudad, dónde los controles u operativos son escasos, por no decir nulos. Con esto quiero decir que los bahienses no han tomado conciencia de cómo realmente hay que manejar para resguardar sus vidas, las de los peatones y las de todos. O es que simplemente no lo saben. Ni hablar de entender que tienen en su poder un “arma”. Así, hay que ir un poco más profundo en la cuestión. Cuándo se presentan para obtener el registro correspondiente para poder circular con cualquiera sea su vehículo, bastaba con realizar un examen teórico y uno práctico (dentro de un edificio) para adquirirlo luego de aprobarlos, claro está. Con la implementación de un nuevo sistema para adquirir el ansiado carnet de conductor, el cuál implicará asistir obligatoriamente a un curso teórico-práctico de educación para la seguridad vial en una escuela de conducir pública o privada habilitada, cuya duración y contenidos determinará la Agencia Nacional de Seguridad Vial y o realizar un examen psicofísico para renovarlo, entre otras cuestiones; tal vez se pueda obtener mejores resultados en el conocimiento a la hora de sentarse frente al volante. ¿Pero es esto suficiente? Saben realmente cómo conducir a la hora de realizar por ejemplo el examen teórico o sólo aprenden (a veces de memoria) un libro con las correctas conductas viales. Eso te garantiza, por citar un ejemplo, que determinado conductor utilice la señal correspondiente (guiño) al realizar un giro o cambio de carril. Será condición sine qua non la EDUCACIÓN VIAL para políticos y responsables de tránsito dentro de la ciudad a nivel local y naturalmente el país. Ya son varios los que perciben las comunes, diarias y mal controladas infracciones que se dan en toda la ciudad y la intención de este artículo es dar conocimiento de las mismas además, obviamente, de repudiar y denunciar estas irregularidades.
La falta de uso del cinturón de seguridad fuera del sector céntrico de la ciudad, sobre todo en los asientos traseros. Con esta situación es muy común sacarse dicho cinturón al salir del “centro” y colocárselo al ingresar al mismo.
Conducir a altas velocidades.
Circular sin el debido casco y sin el chaleco reflectante en las motocicletas.
Circular más de dos integrantes en motocicleta, en especial menores de edad o criaturas, a las cuales tampoco les brindan la correspondiente protección como lo es el casco.
Falta de luces en horario nocturno o carencia de señales (guiñe por ejemplo) a la hora de hacer una maniobra. En caso de realizar un giro, no se sitúan en el debido tiempo de antelación en el carril correspondiente para llevar adelante con total normalidad la maniobra; y en contrapartida, se cruzan de carril sin siquiera observar su espejo retrovisor.
Circulación en contramano de motos y bicis.
Circulación de motos y bicis, realizando eslalon o zigzag en las calles, esquivando los vehículos.
Cruzar las calles con semáforo rojo. En situaciones, aceleran su marcha cuando el semáforo se encuentra en “amarillo” y sus vehículos están previo a llegar a la senda peatonal. Por esta razón, la mayoría se detiene sobre dicha senda, dificultando el tránsito de peatones.
Peatones que circulan por las calles en lugar de veredas o cruzan la calle por mitad de cuadra, sin siquiera observar el tránsito.
Peatones que cruzan las calles escuchan música, hablando por celular o mandando mensajes de texto y por lo tanto, sin prestar la debida atención a la circulación de los vehículos.
Conductores de automóviles que circular hablando por celular o mandando mensajes de texto. O también, que es muy comúnmente, fumando o cambiando el dial (o canción) en el estéreo del auto.
Colectivos que hacen abuso de su prioridad de paso y transitan a altas velocidades, cierran el paso a quien quiera sobrepasarlos y en ningún momento utilizan las señales correspondientes. Además, hay colectiveros que realizan su recorrido charlando con cualquier persona (amigo, pareja, etc.) y no prestan atención al tránsito vehicular.
Taxis que circulan a muy baja velocidad en búsqueda de un potencial pasajero y cuando asciende uno, transitan a altas velocidades.
Varios automóviles y motocicletas circulan en muy mal estado, poniendo en riesgo las propias vidas de los conductores y de los transeúntes.
También hay que repudiar las continuas motos y autos que circulan con caños de escapes preparados o tuneados, los cuáles emiten un desagradable ruido que no permite ni escuchar a una persona que se encuentra dialogando a tu lado.
Los colectivos, en su mayoría, también emites ruidos que molestan y alteran el ambiente sonoro de la ciudad y tampoco se realizan controles sobre los mismos y mucho menos se los sanciona.
Muchas veces se llevan a cabo varios operativos de control, pero se realizan en lugares equivocados o siempre en los mismos sitios, dejando de lado dónde se podrían sancionar muchos vehículos que se encuentran en falta o conductores que realizan infracciones. Sobre esto, me refiero al Parque de Independencia, el Parque de Mayo, el Paseo de las Esculturas, las salidas de los boliches o el ingreso a barrios fuera de la zona céntrica, por citar algunos ejemplos. Con la redacción de este artículo, quiero dejar en claro que en principio faltan más controles para evitar los reiterados accidentes de tránsito, que cada vez son más violentos; pero además, se necesita de manera urgente una fuerte educación vial en los responsables de transitar con vehículos.
