En Defensa Propia

escape_2008_5(Notas de Usuarios) – Residir en Ingeniero White o Villa Rosas, cerca del Polo Petroquímico de Bahía Blanca, significa cuatro y dos veces más riesgo de padecer asma, y una probabilidad tres veces superior en rinitis alérgica, según denuncia un relevamiento hecho entre niños y adolescentes de escuelas públicas y privadas que viven en nuestra ciudad. Lo novedoso no pareciera el dato, sino su rigor científico y su fuente. La conclusión irrefutable es que las industrias que se concentran en el lugar son altamente contaminantes, lo cual empeora la calidad de vida de los vecinos, y vulnera su salud desde la edad más temprana provocándoles males muchas veces incurables. Varias de estas empresas son las mismas que donan útiles a esos mismos chicos, nos plantan banderas en los balnearios  aconsejando no ensuciar, organizan caminatas aeróbicas, campañas de salud, apadrinan rosas, plantan árboles y suscriben planes de ayuda a la comunidad.

Es muy valioso que esta advertencia científica sobre la salud pública sea obra de personal de la Municipalidad, a la cual los vecinos siguen reclamando estudios y estadísticas fehacientes sobre metales pesados en el agua de la ría, cáncer de piel y numerosas afecciones crónicas, consecuencia de un estado de emergencia ambiental no reconocido.

Más de una vez se pidió que las empresas reincidentes en daños ambientales (ésas multadas una y ota vez) no compartan con el Estado campañas sobre ecología, deporte, salud, educación y cultura (como ya se hace en la ciudad de La Plata, cuyo Concejo Deliberante intervino en tal dirección) porque es un modo de desinformar. A las industrias peligrosas para la vida de todos no se les puede ayudar a lavar su imagen con campañas de ocasión.
En vez de firmar convenios y pagar a medias publicidades que ya nadie se cree, los gobiernos nacional, provincial y local debieran exigirles que inviertan en seguridad industrial, donde se juega el futuro de todos. Y si además tienen superávits y hacen donativos por sincera vocación solidaria, que lo hagan sin autopromocionarse, desde la más silenciosa dignidad.
Estos estudios del Ejecutivo bahiense son un indicador saludable: como se supo, el área de Epidemiología Ambiental, dependiente de la Subsecretaría municipal de Gestión Ambiental, con su investigación titulada «Prevalencia de asma y su impacto en la calidad de vida de los adolescentes escolarizados de Bahía Blanca» se llevó el premio  al mejor trabajo científico en el 33º Congreso Anual de la Asociación Argentina de Asma, Alergia e Inmunología Clínica, desarrollado en Buenos Aires.
El estudio fue coordinado por el doctor Carlos Carignano e íntegramente cumplido por personal municipal, revelando la frecuencia de asma en los adolescentes y la incidencia en su calidad de vida, asociada a factores como lugar de residencia, nivel socioeconómico y otros.
Encuestaron a 2.566 adolescentes en 18 escuelas públicas y privadas. El 57% de los entrevistados concurría a escuelas estatales y el 54% era de género femenino. El nivel socioeconómico fue bajo y medio en el 80% de los casos. La prevalencia de asma en adolescentes resultó del 15%. Casi el 10% indicó condiciones de elevada sospecha de asma, como tos nocturna y bronquitis espasmódica. Sólo el 38% de los asmáticos (asma declarada más referencia de síntomas) manifestó efectuar tratamiento, sin diferencias por el nivel socioeconómico. Nuestros hijos y nuestros nietos están creciendo enfermos. Y es la punta del iceberg. Control y presencia del Estado (incluso control social) es lo que nos debemos. Y el arbitraje de una ciencia independiente (no como el que esbozan ciertas empobrecidas Universidades mendicantes del aporte empresarial). Y artistas sin sponsors de doble filo.
Y, en fin: una convivencia sin trampa entre los negocios privados y la salud pública.Tal vez parezca mucho, pero es lo imprescindible. Queda en relación con éste un tema todavía conjetural, menos probado pero muy comentado, para que nuestra prensa independiente vigile: asusta hablar con algunos voluntarios y rescatistas que participan en los simulacros del puerto. Dicen que a veces son sólo simulacros de simulacros.
Dicen que si hubiera una catástrofe verdadera el trabajo sería muy difícil a causa de la imprevisión y la falta de logística, especialmente sanitaria. Dicen, incluso médicos y otros profesionales. Pero callan. ¿O serán conspiraciones ideológicas, paranoias de vecinas sin fe, discursos de estudiantes rebeldes y artistas desocupados?
Por las dudas, llevemos nuestros propios registros. Una especie de Veraz ecológico y partidario: convendría no dejarse auspiciar por ninguna empresa infractora de ordenanzas medioambientales, ni votar a ningún político que les ayude a vender cortinas de humo.
No es exigir que se vayan todos ni atacar a nadie. Ni siquiera se trata de reclamar justicia.
Es pedir, en defensa propia, más legalidad. O a lo mejor bastaría con un poco de ética.



Enviado a Solo Local por Edgardo Ariel Epherra

Los comentarios están cerrados.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑