Cultivador de un extremo y cuidado bajo perfil, el arzobispo de la arquidiócesis de Bahía Blanca no se caracteriza por la cantidad ni mucho menos por la contundencia de sus declaraciones públicas. Son esporádicas sus apariciones en la prensa de la ciudad al punto de no convocar siquiera a los medios periodísticos, como es tradición, para hacer oir su mensaje a la feligresía católica en los días previos a la última Pascua de Resurrección. Su llamativa y reiterada ausencia de la escena pública cuando se debaten situaciones de amplio interés social ya llevó a Solo Local a preguntarse en una oportunidad ¿Dónde está Monseñor Garlatti? Parece que para conocer sus ideas y pensamientos acerca de la sociedad en la que vivimos, hay que ir a oir sus homilías, como aquellos jueces que sólo hablan a través de sus sentencias. Y Garlatti habló de la recientemente sancionada ley de matrimonio entre personas del mismo sexo como no se lo había escuchado en los intensos días de debate previo a su tratamiento en el Congreso. Durante las fiestas patronales de San Cayetano, realizadas en el distrito del mismo nombre del santo, el arzobispo bahiense no sólo cuestionó a la norma, a la que calificó de «inicua e injusta» sino que también acusó a los legisladores que la impulsaron y aprobaron de mentirosos. Según publica en esta nota el diario de Tres Arroyos La Voz del Pueblo, también llamó la atención sobre el crecimiento de «las coimas, los pobres, la avaricia, la inseguridad y la droga». Vox Garlatti, Vox Rarus.
