Por primera vez alguien cercano al intendente de Bahía Blanca reconoce que no le salió gratis a Cristian Breitenstein rechazar la imposición kirchnerista de las candidaturas testimoniales para las elecciones legislativas del año pasado. En un extensa entrevista con La Política On Line (ver aquí), – que también reproduce en esta nota la publicación El Intransigente-, Ivan Budassi admite el pase de facturas posterior a aquella negativa y revela que él también salió herido, aunque asegura que el vendaval desde el gobierno nacional ya pasó. Dice que Daniel Scioli siempre comprendió la decisión del jefe comunal bahiense y ayudó a convencer a Néstor Kirchner «que durante la campaña jamás renegamos de nuestra pertenencia al partido justicialista a nivel nacional» . Budassi evoca los primeros meses de gestión interina de Breitenstein («después de sufrir un cataclismo institucional» describe) y las decisiones «muy duras» que se debieron tomar «como la de separar a más de mil agentes y planes de la administración municipal cuya planta se había duplicado». En ese cuadro «traumático» incluye el incendio del despacho del intendente y menciona que «el guardaespaldas personal (de Rodolfo Lopes) fue el que encabezó ese acto y el que robó el cuadro de mayor valor material y simbólico de la municipalidad de Bahía Blanca». Hacia futuro, Budassi considera lógico que no todos los diputados provinciales del Frente para la Victoria vayan a apoyar a Daniel Scioli en su intento reeleccionista y anticipa que si bien seguirá alineado con Kirchner y con el gobernador provincial, Breitenstein está buscando su propia proyección personal «porque es un dirigente con prestigio y un gran futuro» afirma. Dice Budassi de su jefe político: «su principal valor es saber captar lo que quiere el electorado bahiense y cómo respetar esa particular idiosincrasia. Por eso es que no aceptó la candidatura testimonial y cuesta a otro que no es de nuestro pago entender esa realidad». Lo que se dice, todo un leal soldado.
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