La ola de frío intenso que atraviesa el país de sur a norte sigue batiendo récords. Y presiona sobre un sistema energético que da muestras claras, tal cual se remarca en esta nota, de no estar preparado para atender la emergencia sin sobresaltos ni sobrecostos. En ese contexto, Bahía Blanca, está en el ojo del huracán. Por un lado, como se señala en este enlace de Terra, tiene al polo petroquímico paralizado en un elevado porcentaje por las severas restricciones en la entrega de gas iniciadas antes de la llegada del invierno. Y por otro lado, como contracara, cuenta con el buque Excelsior trabajando a full y en camino a superar las previsiones de embarques de gas natural licuado a regasificar en la temporada. En el día de mayor consumo eléctrico de la historia, como lo precisa Clarin.com en esta nota, se anuncia la llegada al muelle de Compañía Mega de dos nuevos barcos metaneros con GNL en el transcurso del mes de agosto. Serán dos españoles, el Sestao Knudsen y el Hispania Spirit, ambos contratados por Repsol YPF, los encargados de aportar el gas más que necesario para evitar que la emergencia, que hoy golpea a un amplio sector de la industria, llegue también a los domicilios. Como aquellos impuestos que a lo largo de la historia comenzaron como excepción y «por única vez», el aporte del Excelsior, como Solo Local lo anticipó en La Regasificación Vino para Quedarse, es ya tan imprescindible como el agua. Y a propósito: ¿cómo anda la emergencia hídrica? Una pregunta que, aun detrás de esta emergencia gasífera y energética, no deberíamos dejar de hacernos (ó hacerle a las autoridades) cada día.
