Gorilas (2)

gorilas_2009(Editorial) – La noticia es esta: una chica de 14 años fue atendida en un hospital de Bahía Blanca tras haber ingresado, según declaró su familia, con un cuchillo  clavado en la espalda. La abuela dijo que el novio de su nieta, de 21, la quiso matar, mientras la madre sostuvo que el muchacho  era golpeador. La causa penal se inicia por Tentativa de Homicidio, pero a los pocos días el imputado es liberado porque la jueza de garantías entendió que se trató de “lesiones leves”. La gente se enoja. Blasfema contra la jueza. El diario local la tilda de “enemiga pública” y más tarde se proponen marchas para escarcharla frente a su casa. Sin embargo, nadie se tomó el sencillo trabajo de leer los fundamentos de la decisión de la jueza. ¿Acaso Susana Calcinelli perdió los cabales? ¿esta mujer quiere que los delincuentes peligrosos anden sueltos por la misma ciudad en la que viven sus propios hijos? Solo Local pone a disposición de sus usuarios documentos relacionados con el expediente judicial en cuestión, que demuestran de manera irrefutable, que la decisión de la jueza fue la que se ajustó al derecho y no la que parecen desear muchos, al margen de lo que dicta la ley. Vayamos por partes: la historia tiene por protagonista a una menor de edad, supuestamente acuchillada por su novio, con quien convivía, pero resulta que cuando llegó al hospital y el médico la revisó, el propio facultativo determinó que la herida era superficial, que se colocaron 4 puntos de sutura, que la lesión era leve y que indicaba apenas 24 horas de evolución con antibióticos. Para ver el acta del médico, haga clic aquí. Pero hay más. 

 

La vecina que vive en la casa ubicada en la parte anterior a la construcción que ocupaba la pareja declaró que  a la hora del hecho, no escuchó gritos ni peleas y que vió a ambos jóvenes retirarse del lugar (cuando se dirigían al hospital, se supo luego), sin que nada le hubiese llamado la atención. Para ver la declaración de la testigo haga clic aquí.

En los fundamentos de su resolución, Susana Calcinelli, la jueza de garantías que entendió en la causa, expuso que los hechos ocurrieron  en ese lugar, justo atrás de la vivienda de material en la que reside la citada testigo (ver aquí) y luego, reproduce la primera declaración de la menor, en presencia de su madre, la misma de quien la menor dijo luego, la había abandonado hace muchos años.

En la hoja número 2 (ver aquí), la jueza manifestó que no puede sostener la carátula de “tentativa de homicidio” porque no tiene elementos probatorios que ameriten esa tipificación. Por un lado, el carácter leve de las lesiones; por el otro que nunca estuvo en riesgo la vida de la menor, tal como reveló el informe médico y también en virtud de que la chica  fue acompañada por su novio, caminando, desde el lugar de los hechos en Villa Talleres, hasta el Hospital Penna, distante a unas 30 cuadras de la vivienda. Asimismo, consideró que la vecina que fue testigo de la salida de la pareja, no vió a la chica llorando ni lastimada, sólo yéndose rápidamente, sin que nada le llamara la atención No se dejó de valorar, la actitud del joven de acompañar a la menor al Hospital Penna para que fuera rápidamente atendida.

Luego, como se lee en la hoja 3 (ver aquí), siendo que la nueva carátula de lesiones leves prevee una prisión no mayor de 3 años, en consecuencia, según la norma, el detenido debe quedar en libertad. Pero que haya quedado en libertad no significa que el proceso haya concluído. En otra hoja del expediente (ver aquí), queda claro que al joven se le impuso una restricción de no acercarse a menos de 200 metros de su novia ni al lugar en el que ésta se encuentre, fijándole la obligatoriedad de no ausentarse del domicilio por éste fijado por más de 24 horas, mientras dure la investigación, bajo pena de ser declarado rebelde y ordenar su captura.

Hasta aquí, los hechos tal como quedaron documentados.

Posteriormente a éstos, y en medio de la indignación social de muchos  bahienses (imaginamos por falta de información documentada como la que exponemos), sucedió un hecho inesperado: ayer a la tarde, la propia víctima se escapó del instituto de contención para menores donde estaba alojada y se dirigió hasta el servicio de noticias de Canal 9 donde dijo ante las cámaras todo lo contrario a lo que había declarado inicialmente junto a su mamá: que fue una discusión menor y que el cuchillo se lo clavó ella accidentalmente, pero que su novio nunca quiso hacerle daño y nunca le pegó (ver video aquí).

Para muchos, Susana Calcinelli es una enemiga pública. Yo lo veo de otra manera. Más bien creo que es una mujer que se ajusta al derecho. Como decía en el primer editorial titulado Gorilas en Solo Local, publicado en abril del año pasado (para leerlo haga clic aquí),  hay muchos bahienses que quisieran meter a todos los sospechados de delitos tras las rejas, no importa si son culpables o inocentes; de ese modo ellos dormirían más tranquilos. Pero resulta que para la ley, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Eso tiene que funcionar para usted pero también para el joven protagonista de esta historia.

Imagine que su vecino se corta accidentalmente con un cuchillo y de repente aparece denunciándo que usted quiso matarlo.  Para el gorilaje bahiense, usted ahora tendría que estar preso, aunque a la misma hora en que supuestamente ocurrió el hecho usted estaba tomando mate en la cocina de su casa, sin un costoso abogado al que recurrir, ni testigos como para demostrarlo.

Personalmente creo que los enemigos no son los jueces que se ajustan a las herramientas legales que tienen a su disposición. Tampoco los veo como desquiciados que pretenden convivir rodeados de peligrosos delincuentes. Eso, además, no tiene lógica. ¿Por qué alguien haría algo así?  En todo caso, si las decisiones de los jueces no le gustan a la gente porque se basan en normas que no se comparten,  la sociedad debería plantear las quejas a los legisladores, que son quienes las redactan.

Enemigos públicos tenemos muchos: delincuentes de la peor calaña que todos queremos entre rejas, como asesinos y violadores, ya que es una obviedad que aspiramos a vivir en ciudades seguras. Pero sucede que las ciudades seguras no existen sino en el imaginario de quienes creen que vivimos en el peor de los mundos y que en otras partes se vive mejor.

A éstos, habría que invitarlos a caminar por el centro de Miami después de las 20, o a pasear bajo la luz de la luna cerca de los burdeles de Amsterdam o a circular por un barrio cualquiera de San Pablo apenas caído el sol. Comprobarían que quisieran volver a Bahía Blanca lo más pronto posible.

La alusión al título del editorial, como se explicó en abril pasado, hace referencia a  quienes se autoproclamaban antiperonistas, pero más tarde se extendió a los defensores de la derecha política. Son los ultraconservadores, generalmente socios del poder de turno o con el que hacen buenos negocios, a espaldas de la sociedad, empeñados en ocultar con noticias policiales las verdaderas raíces de la injusticia social que derivan en la marginación,  uno de los orígenes reales de la delincuencia urbana.  Si se pusiera el mismo empeño que se pone en magnificar las crónicas rojas para analizar seriamente  cómo se gastan los fondos públicos, las sociedades serían mucho mejores ya que los ladrones de guante blanco no gozarían de las prebendas que obviamente no tienen los ladrones de gallinas.

 


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