Piscinas de Bahía Blanca: Nuevos Aportes a la Confusión General

(Editorial) – Esta semana, los directivos del Club Puerto Comercial de Bahía Blanca, enviaron a los medios de comunicación un texto, tal como se lee aquí, en el que afirmaron ser serios y responsables en el abordaje del tema relacionado con la calidad de las aguas de su natatorio, que sirve de recreo a cientos de chicos. La polémica surgió cuando la Asociación Vecinal de la Costa, tal como se lee en este enlace, sugirió que éste natatorio  se clausurara, así como otros, por sobradas sospechas de contaminación. Por esos días circulaba el rumor de  un aumento en los casos de gastroenteritis, cosa que fue negada desde el municipio. Se sabe que  la pileta de Comercial se llena con agua de la ría de Bahía Blanca. El asunto genera un interrogante: ¿el agua de la ría que se usa para el natatorio de Comercial es apta y la que se usa para Maldonado no?  El presidente del Club, Sergio Paladino, explicó que se debe a que las tomas se realizan en diferentes lugares: la primera es a la altura del muelle multipropósito y la segunda es en la compuerta próxima a Maldonado. Aunque es una explicación, no es la única. En el comunicado que emitió Puerto Comercial se ve la imágen de los análisis que declaran al agua apta para uso recreacional. Pero la imagen es pequeña y el texto apenas se lee. Una ampliación de la imagen, tal como se ve haciendo clic aquí, permite corroborar que en el caso de Comercial, las muestras no fueron recolectadas en la toma del citado muelle, ni donde está el punto de succión, sino en la piscina misma y tras el proceso de cloración, tal como revelan las 0,74 ppm (partes por millón) de cloro residual detectadas en  el análisis, del 29 de enero., que se aprecia en la imagen y la descripción  «muestra: agua-natatorio«. En cambio, los análisis que llevaron a la decisión de clausurar Maldonado, se basaron en muestras tomadas en la compuerta, sitio de ingreso del agua, en su estado natural, sin clorar.

Allí, en la compuerta de Maldonado, se detectaron 1.100 colonias de streptococcus fecales cada 100 mililitros, cuando el máximo admitido es de 36. Los análisis de las muestras tomadas dentro de la piscina de Puerto Comercial, posterior al proceso de cloración, directamente no revelaron presencia de las citadas bacterias contaminantes. Este natatorio es clorado dos veces al día.
Nada se sabe de los resultados de análisis de agua sin tratar, en el punto de toma que realiza Puerto Comercial, lo cual permitiría una comparación válida con los análisis de las muestras de Maldonado, siempre y cuando las condiciones de recolección de las  muestras, transporte de las mismas y metodología aplicada, sean las mismas.
En cuanto a los análisis practicados sobre las muestras tomadas en la pileta de Puerto Comercial, las mismas, según se lee al pie del informe (ver) indica que «se deduce que la muestra analizada cumple con los ensayos microbiológicos realizados  conforme el artículo 16, inciso b) del decreto 3181/07″. Nada dice de otras exigencias de dicho decreto, que puede ser consultado en este enlace.
Esto no implica necesariamente que el agua de Comercial no sea apta, lo que sí deja traslucir por parte del municipio es la aplicación de mecanismos de control diferentes, ya que parten de muestras de distinta naturaleza.
El comunicado de  Puerto Comercial  sostiene que sus direcivos trabajan  muy de cerca junto a la AIQBB, la Asociación de Industrias Químicas de Bahía Blanca, en la contención de chicos, junto al municipio. Ello no representa garantía de nada,  ya que de la contención de los menores debería ocuparse enteramente el Estado y no compartir tal responsabilidad con una organización que nuclea a las principales multinacionales que operan en el Polo Petroquímico,  las cuales están bajo sospecha no por la contaminación bacteriológica, que en definitiva para la recreación en algunos casos se puede remediar  con cloración adecuada,  sino por contaminación química, que es bioacumulable y de efectos mucho más dañinos y dificiles de revertir para el ecosistema marino.
En un segundo nivel de aportes a la confusión general, la CCIyS, la Corporación del Comercio y de la Industria, emitió con fecha del lunes, un comunicado en  el que se lee: Está a la vista que uno de los principales factores de contaminación en nuestra ría está dado por el vuelco irracional de los efluentes cloacales sin ningún tipo de tratamiento efectivo previo», tal como puede se puede verificar  accediendo al mismo, haciendo clic aquí.
Solo Local desconoce sobre qué fundamentos científicos reposa tamaña conclusión, curiosamente coincidente con la del titular del CTE, a quien se le escuchó decir que la mayor contaminación de la ría obedece a las descargas cloacales sin tratamiento, sin que ningún miembro de la comunidad científica saliera a refutar tal cosa, en honor de las muchas y variadas investigaciones científicas que obran en los registros del CONICET, del IADO, la UNS, la UTN, así como las alojadas en bases de datos en diferentes países del mundo, alertando sobre los peligros de la acumulación cierta y detectada empíricamente,  de químicos peligrosos en sedimentos y peces.  No hay un solo papel, un solo documento científico, que indique, para el caso de nuestra ría, que la contaminación por bacterias  fecales es peor o contamina en mayor grado o produce mayor daño  al ambiente marino,  que la contaminación química por metales pesados e hidrocarburos.
No corresponde mirar sólo para un lado, endilgando las mayores culpas a la cloaca, mientras las empresas privadas aparecen como convidadas de piedra en esta historia.
Pareciera que cualquier argumento es valido, siempre que se trate de dejar bien paradas a las empresas del Polo Petroquímico.
Presumo que este discurso, lejos de ser esclarecedor, es más bien irritante para la opinión pública. Basta recordar que recientemente la Justicia Federal procesó a directivos del Dow-PBB Polisur, por el vertido de Zinc a la ría, tal como se lee en este enlace.
Tomando en cuenta estos datos no menores, quienes defienden el crecimiento de la actividad industrial de cerealeras, químicas y petroleras, pensando que las benefician, deberían revisar sus argumentos comunicacionales, ya que flaco favor les hacen distorsionando la realidad.

Finalmente, mientras circulan por los medios resultados de análisis de muestras de agua no comparables, todavía la OPDS, es decir  la autoridad de contralor provincial, hace mutis por el foro y no muestra públicamente los resultados de sus estudios, como debería. Tal conducta no hace un aporte a la confusión general, sino a  la desconfianza de los ciudadanos hacia las capacidades de  los controles del gobierno, que por mandato constitucional, debería garantizarnos un ambiente sano, no el que tenemos y que por cierto, no merecemos.

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