El Dr. Quevedo y el Tornillo de la Nación

(Notas de Usuarios)– A raíz de un hecho grave que que mi familia está viviendo, quiero que se investigue cómo funciona el sistema de salud en nuestra ciudad. Mi marido , -Claudio Herrera-, se encuentra internado en el Hospital Municipal; siempre fue atendido allí porque su historia clínica se encuentra en ese hospital. El pasado 5 de octubre ingresó por una fractura de cadera; el profesional que lo atendió dijo que debía ser operado de forma urgente. Para ello, necesita un tornillo deslizante, cuyo valor es de $1.000. Mi esposo padece otras patologías y tiene una pensión no contributiva. Se encuentra afiliado a un programa de ayuda al discapacitado (PROFE), que es nacional, pero este programa tarda en enviar dicho tornillo. Como consecuencia de esto, me entrevisté con el secretario de Salud de la municipalidad, el doctor Guillermo Quevedo,  a quien le informé sobre la urgencia y el valor del material que se necesita. Pero resultó que este funcionario desconocía cómo funcionan estos programas. Le hice la observación sobre cómo es posible que no estén articulados los diferentes programas para cubrir las necesidades de los enfermos y recibí como respuesta: «Esto es así y que no se puede cambiar». Su secretaria me llamó más tarde y me informó que no disponen de dinero para comprar el material, que se había hecho todas las averiguaciones y que tampoco desde el municipio podrían accionar legalmente para conseguirlo. Si PROFE no funciona, los discapacitados, ¿donde serán asistidos? ¿Quien velará por la salud de ellos? Les pido que investiguen: no solo es mi marido el que se encuentra desamparado por el Estado. Hay mucha gente discapacitada que posee esta mal llamada cobertura.  Claudio Herrera es un ciudadano de esta ciudad.

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