El buque regasificador salió del puerto, pero no se fue muy lejos. Después de casi cinco meses de estar amarrado al muelle de Compañía Mega inyectando gas a la red nacional, el Excelsior tenía previsto dejar en estos días Ingeniero White hasta el próximo invierno. Sin embargo, hubo cambio de planes y ahora espera órdenes a muy pocas millas de allí. De acuerdo al sitio digital del Consorcio de Gestión, la nave de origen belga se encuentra desde el martes en el fondeadero, el lugar de la ría donde los barcos deben esperar su turno para ingresar a puerto. ¿Qué órdenes espera allí el Excelsior? ¿Se va ó se queda? Sépalo leyendo el artículo completo.
Primero el Excelsior aguarda que la Aduana autorice cuanto antes el ingreso al país del embarque de gas que el buque necesita para reaprovisionarse y que ya se habría pagado. En segundo término la extensión de su estadía en esta zona depende de la marcha del conflicto con los trabajadores de petróleo y gas de Neuquén y Río Negro. El temor del gobierno nacional a que esa protesta se extienda y ponga en riesgo la provisión de gas al país, especialmente a Capital Federal y Gran Buenos Aires, hizo que se retrasara su partida. Contar con el Excelsior cerca se considera una alternativa imprescindible para eventualmente inyectar fluido al sistema y evitar así el probable desabastecimiento. Algunas fuentes aseguran incluso que ya estaría en camino hacia White otro buque metanero para aparearse con el Excelsior e inyectarle GNL. Rápidamente el sitio que ocupaba el regasificador tiene nuevo inquilino. El buque de bandera bahameña Dynamic Energy, de 50 metros menos de eslora que el Excelsior, carga gas propano y butano para transportar hasta Guatemala. El recambio debió cumplirse hace más de una semana, pero se postergó por el paro de diez días de los sectores portuarios ante el impuestazo lanzado por el gobierno de Daniel Scioli. Toda esta demora tiene un costo y ya se podrán imaginar quién la pagará…
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