Ana y Mia, en la Bahía de la Apariencia

anorexia-y-bulimiaAna y Mía son dos compañeras de muchas jóvenes bahienses. La obsesión por la apariencia y el qué dirán las ha acercado a estas dos aliadas y junto a ellas transitan un camino secreto, macabro y doloroso. Un viaje de espejos distorsionados y mentiras. Los adolescentes que transitan por algunos de estos dos caminos, viven en un mundo falso y sobreviven en la realidad. El culto al cuerpo y la amenaza constante que significa la comida para ellos son ideados por un modelo de sociedad actual, donde solo se busca la perfección. Bahía Blanca, no es la excepción, varias muchachitas desde muy corta edad buscan el peso perfecto, aunque nunca se conforman. En rol de los padres influye mucho en el camino de vuelta del mundo que sus propios hijos han creado. Hoy le presentamos la vida de muchas anas y mías bahienses.

 

Viviendo la edad posmoderna, donde los estímulos externos influyen en la vida del hombre, una epidemia se va extendiendo entre las sociedades industrializadas, afectando sobre todo a adolescentes. Esta legión de personas que se va incrementando peligrosamente, comienza a alarmar a especialistas en medicina, sociólogos, e incluso llega en forma de advertencia al Congreso y al Senado. Aunque todavía no está registrada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en su conjunto, la Anorexia y Bulimia nerviosa están identificadas como actitudes compulsivas en relación a problemas emocionales volcados en trastornos alimentarios. En definitiva se trata de una obsesión moderna por la perfección de la apariencia física, es la nueva «epidemia del culto al cuerpo».

Esta plaga de búsqueda de perfección tiene distintas formas de manifestarse y algunas de ellas difieren notablemente entre sí.
Son trastornos de tipo alimentario que vienen de la mano de la denominada «cultura de la delgadez». Estas dos enfermedades comparten varios síntomas en común, desear una imagen corporal perfecta y distorsionar la realidad frente al espejo. Esto ocurre porque, en las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los objetivos principales de las sociedades desarrolladas; Es una meta impuesta por nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e incluso salud.
Es abrumador el número de personas que desearían estar en el «cuerpo de otro». Según los expertos en psiquiatría desear una imagen perfecta no implica padecer una enfermedad mental, sin embargo aumenta las posibilidades de que aparezca.

 

bulimiaEs en la adolescencia, donde este tipo de obsesión se ha convertido en una pesadilla, ya que con una personalidad aún no configurada ni aceptada, con los medios de comunicación, que transmiten constantemente modelos de perfección y belleza, se sienten en la obligación de ser cuerpos «ideales», sacrificando su salud y llegando hasta las últimas consecuencias en sus conductas inadecuadas.
Es más preocupante el impacto que los trastornos alimentarios ejercen sobre las mujeres, aunque cada vez hay más hombres con este mismo tipo de problema.
Respecto a la prevención todo lo recogido de estos trastornos alimentarios, nos lleva a una relación entre el fomento de la autoestima y las habilidades sociales.
Nuestra ciudad se encuentra en una de las ciudades con mas altos índices de personas con trastornos alimenticios.
La Bahía de la “apariencia” la sufren muchos más jóvenes de lo que uno, encerrado en su caja de cristal, puede llegar a imaginar.
Uno de los trastornos alimenticios se denomina bulimia aunque los jóvenes que la padecen la llaman MÍA.
Las personas que luchan constantemente con ella, son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer, pero el sentimiento de culpa y vergüenza tras ingerir grandes cantidades de alimentos los lleva a ayunar, usar purgativos y provocarse vómitos para prevenir el aumento de peso. Los bulímicos tienen cerca de 15 episodios de atracones y vómitos por semana, en general su peso es normal, por lo que resulta difícil detectar la enfermedad. En un solo atracón pueden llegar a consumir de 10.000 a 40.000 calorías.
Como síntoma, describe episodios incontrolables de comer en exceso. Como síndrome hace referencia a un conjunto consistente de síntomas entre los cuales destaca la preocupación por el peso y la forma corporal, la perdida de control en la ingesta y la adopción de estrategias que contrasten los efectos engordantes de sus síntomas bulímicos. El paciente siente una necesidad desmedida de ingerir grandes cantidades de comida, generalmente de elevado contenido calórico. Una vez que termina de comer, le invaden sentimientos de culpa y esto lo induce a mitigar los efectos, autoinduciéndose el vomito entre otras maniobras.
Por otro lado, se encuentra la anorexia, bautizada ANA. La misma consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. Se caracteriza por el temor a aumentar de peso, por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo, aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos. Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo.
Obviamente estos dos tipos de trastornos alimenticios son provocados por una importante presión de la sociedad que induce a los jóvenes a estar delgados y esbeltos. Son muchos los factores que influyen: Medios de comunicación, moda, presión de las industrias dedicadas a la fabricación de productos light, asociación de estar en forma a estar delgado. Los medios de comunicación, especialmente la televisión, venden la idea de que estar delgado va asociado a felicidad, éxito laboral, éxito en las relaciones sociales, belleza, juventud y una mejor calidad de vida.
En nuestra ciudad, el centro de ayuda a personas que sufren tanto bulimia como anorexia es ALUBA. Es una La Asociación de Lucha contra estas enfermedades, asociación civil de bien público y sin fines de lucro.
Un grupo de profesionales especializado en la prevención y tratamiento de las patologías de los trastornos alimentarios, que cuentan con una experiencia de más de 20 años, se preocupan por adolescentes bahienses.
Considerados líderes en el tratamiento de Bulimia y Anorexia, ya que desde los inicios mismos de ALUBA -en el año 1985- han desarrollado cada área de trabajo con un equipo de profesionales y un objetivo en común: calidad, excelencia en el servicio y rigor científico.
ALUBA es un hospital de día, las pacientes pasan en la institución desde las 8 hasta las 17 hs., acompañadas por grupo de profesionales. Además cuentan con un apoyo psicológico en el entorno familiar, para tratar de hacer el transcurso del tratamiento más ameno y se puedan tomar recaudos ante cualquier caída.
El modelo del tratamiento de ALUBA contempla un abordaje “integral” del paciente, teniendo en cuenta los aspectos psicológicos, psiquiátricos y clínicos, sin perder nunca de vista al paciente, como persona integrada en un contexto social determinado.
El tratamiento se realiza bajo la permanente supervisión de un Equipo Interdisciplinario conformado por Psiquiatras, Psicólogos y Médicos Clínicos, Endocrinólogos, Ginecólogos, Nutricionistas, Asistentes Sociales, Odontólogos, Psicopedagogos, Terapeutas Ocupacionales, Docentes y Paramédicos; todos especializados en Patología Alimentaria.
Ahora bien, uno cree que en este mundo de la apariencia “nunca le va a tocar vivirlo de cerca”, pero de repente la vida te pone a prueba y es ahí donde uno se da cuenta que los problemas diarios se minimizan al estar junto a un ser querido que sufre, se aleja y llora en soledad padeciendo una enfermedad como lo es la bulimia o la anorexia. Carola es una gran amiga mía, ella como otras jóvenes adolescentes, ingresó a un mundo paralelo, el de la perfección. Aunque pudo salir, su pasado siempre la persigue y muchas veces la acorrala. Su historia comenzó un día de otoño como una travesura adolescente, tenía 14 años y era obsesiva con su cuerpo; Se mataba 2 hs. en el gimnasio, salía a correr todos los días y se hacía planteos como por ejemplo “si hago tanta actividad física para cuidar mi cuerpo, ¿para qué voy a comer?”, ahí comenzó la pesadilla. De un día para otro, dejó de comer e incrementaba la actividad física.
El profesor de gimnasia del colegio le decía “Carola, ¿te alimentás bien?” y ella siempre decía que sí. Mentía en su casa, les decía a sus padres que comía en lo de una amiga y no era cierto. Pasó aproximadamente 10 días sin consumir absolutamente nada sólido, pero tampoco sentía hambre, era como si el estomago se le hubiese cerrado completamente.
Un día la situación no dió para más, y en una reunión de amigos se desmayó. Yo la aparté y le pregunté si en realidad comía, fue así que rompió en llanto y me confesó que la obsesión por el cuerpo perfecto la había llevado a evitar alimentarse. Los padres se preocuparon y decidieron realizarle varios estudios, donde le diagnosticaron anorexia nerviosa. Carola realizó un tratamiento prolongado y pudo salir aunque hoy en día, ella siente que ANA nunca se alejó y el miedo a volver a caer, en ciertas ocasiones, la aísla de la gente que la aprecia.
¿Hasta dónde hay que llegar para cambiar ciertas actitudes?, ¿Cuánto hay que esperar para que se promulguen leyes adecuadas sobre estas enfermedades y otras como la obesidad?.
La sociedad y especialmente la juventud, pide a gritos una respuesta inmediata.

Escrito por Daiana Appili para Solo Local

 

 

Fuentes Consultadas

«El cuerpo como delito: anorexia, bulimia, cultura y sociedad», Toro – Josep, Ed. Ariel

www.anaymia.com

www.aluba.org

www.comenzardenuevo.org

www.todoanaymia.com

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