El debate sobre el proyecto de Ley de Comunicación Audiovisual prestó un servicio inesperado a la sociedad. Las recíprocas acusaciones, antes que ayudar a la comprensión del marco legal, vinieron a develar la compulsa de poderes que fue configurando un sistema de medios a la medida de unos y en detrimento de otros. Especialmente, de la sociedad que padeció decisiones discrecionales, servicios ineficientes, información de mala calidad, limitaciones en el acceso a señales y todas las demás cosas que se hoy se incriminan recíprocamente. Para acceder al texto completo vaya a este enlace. (Adriana Amado Suárez es docente e investigadora en el área de la comunicación)
