Regasificar en Bahía Blanca

(Notas de Usuarios) Quienes peinan algunas canas tal vez recuerden a Casa Silvani, un local de artículos del hogar que estaba en la calle Estomba al 200; actualmente creo que está Mayfor. También recordarán una casa de fotografía que se encontraba en calle Vieytes y Charlone, donde ahora hay una casa de aberturas para la construcción. Ambas casas volaron por los aires como consecuencia de la explosión de garrafas de gas licuado de 10 Kg.   El recuerdo del pozo que quedó en la calle Estomba no se podrá borrar de mi mente. El buque regasificador que opera en el puerto de Bahía Blanca contiene 138.000 metros cúbicos de gas; a su lado amarra otro buque metanero con otros 138.000 metros cúbicos de gas natural licuado. Estamos hablando de no menos de 10.000.000 (¡diez millones!)  de garrafas,  ubicadas al lado de la mayor planta de fertilizantes del mundo (Profertil S.A.) con grandes depósitos de amoníaco.

En un radio de menos de 5.000 metros se encuentran también las petroquímicas de los grupos Dow , Solvay-Indupa, Mega, la destilería de petróleo de Petrobrás, gigantescos depósitos de cereales de Cargill, Glencore y otras empresas. Allí se acumulan importantes cantidades de combustibles y sustancias tóxicas como cloro, etano, etileno, petróleo y naftas. También una población (Ingeniero White), oficinas portuarias, administrativas, instalaciones deportivas, estadios de fútbol, escuelas, etc. lo que hace que se pueda estimar en más de 50.000 personas las que habitan o circulan en la zona. En caso de accidente o atentado, se producirá primero una fuga de gas que saldrá a
la atmósfera en forma de NUBE TOXICA, muy fría, que se derramará por toda la bahía como una»niebla» matinal baja. Se extenderá a ras de suelo, durante tanto tiempo y espacio como dure la fuga.
Mientras tanto irá ASFIXIANDO A TODO SER VIVO.
Paulatinamente la nube de gas se irá calentando y diluyendo en el aire y al topar con cualquier foco de ignición ¡ESTALLA!
Después de la explosión viene el incendio. Y acá ya hay que aclarar: una vez que comienza a arder es absolutamente imposible pararlo hasta que se consume
todo. Su poder calorífico es tremendo. No existen medios en ningún país para hacer frente a una emergencia de este tipo. Los equipos de emergencia también serán víctimas. No hay plan APELL que funcione. No hay Defensa Civil que valga. El único plan de prevención ante una emergencia consiste en dejarle al intendente de Tornquist el teléfono de las Naciones Unidas para que avise y que se organice la ayuda humanitaria a nivel mundial.
¿Hasta dónde puede llegar la locura del ser humano para autorizar esta operatoria en el lugar en que está? Hasta dónde llega la indiferencia y el derrotismo de los bahienses que opinan que no hay nada que hacer y que está todo decidido desde arriba?
 
Escrito por Luis Salinas, para Solo Local
 
 
 
 

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