Los analistas sostienen que aún no queda claro si la Argentina de los Kirchner da «un salto» hacia el GNL importado o no le queda otra opción que recurrir a este recurso. El GNL que compra nuestro país lo proporciona el buque que está atracado en el puerto de Bahía Blanca, que luego se irá y regresará el año próximo. Para algunos, se trata de una medida cortoplacista que no resuelve el problema de fondo: la caída de la producción local de gas para el abastecimiento interno. Si quiere leer la historia completa haga click aquí.
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