Bahía Blanca y 25 Ideas para Facebook

La reciente discusión sobre la discriminación que circula por las redes sociales tuvo al menos un salvo positivo: muchos bahienses se enteraron de qué cosa es Facebook y qué potencialidades tiene la herramienta cuando se la usa con un fin noble y no con otro distorsionado. Formar grupos, lanzando una consigna y esperando que cientos o miles de miembros se adhieran, es una de las tendencias más antiguas de esa red. Acaso la más común tiene por meta la coincidencia. Por ejemplo, comienza con “Yo también…”. En esa línea encontramos propuestas tales como: “Yo también fui a un colegio de monjas”, “Yo también escribí mi nombre en un cristal empañado”, “Yo también reprobé matemática”, “Yo también tengo un perro lanudo” y lo que a usted se le imagine. Pensando en Bahía Blanca y en las cosas que habitualmente nos pasan a los bahienses, hay una lista larga de grupos altamente viables: ¿Quiere ver?

 

“Yo también agarré un bache y rompí el auto”

“Yo también me perdí buscando un aula en la UNS”

“Yo también tomé agua de la canilla y me descompuse”

“Yo también vi ratas en el Arroyo Napostá”

“Yo también llegué tarde por culpa del micro”

“Yo también fui al Paseo de las Esculturas y me picaron las hormigas”

“Yo también estacioné en un garage”

“Yo también pisé las baldosas flojas de calle Estomba”

“Yo también estoy harto del viento, sople de donde sople”

“Yo también comí un pescado de la ría y me enfermé”

“Yo también me morí de frío en el Shopping”

“Yo también compré una remera en el Mercado de Pulgas”

“Yo también esperé el colectivo y tardó una hora”

“Yo también encontré el baño sucio en la nueva Terminal”

“Yo también fui víctima de los mosquitos en el Parque de Mayo”

“Yo también dije que no quería asociarme a la Cooperativa”

“Yo también me perdí en el Palihue”

“Yo también me bañé en Maldonado y me agarró urticaria”

“Yo también fui bendecido por las palomas de Av. Colón”

“Yo también me congelé comprando carne en Makro”

“Yo también fui a Monte y volví colorado”

“Yo también me despeiné en la nueva peatonal”

“Yo también vi murciélagos en la Plaza Rivadavia”

“Yo también fui a la FISA y volví lleno de tierra”

“Yo también escuché a Meteorito y no le creí”

Estas serían algunas de las cosas “bien bahienses” que nos han ocurrido casi a todos. Lo mejor es que, pese a los micros, el tránsito, las ratas, el viento, la tierra, el Polo y otras yerbas, seguimos queriendo al lugar donde nacimos como si fuera el mejor del mundo.

 

 

 

 

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