Recital de Serrat: No Sabe, No Contesta

Sin controles y sin información. Es la conclusión a la que podría llegar cualquier bahiense, después del bochornoso suceso ocurrido en el Club Estudiantes, durante el recital de Joan Manuel Serrat. Se sabe que hubo sobreventa de entradas y que nadie controló la seguridad del espectáculo, pero la historia no terminó allí. Resulta que si un ciudadano desea obtener información, legítimamente pública y amparada por derechos constitucionales, la misma no aparece por ningún lado. En este caso, no porque se la oculte, sencillamente porque no existe. Al día siguiente del recital desde la comuna se informa que el intendente Cristian Breitenstein esta en Buenos Aires, pero nadie sabe a qué fue ni cuándo regresa. El secretario del intendente está de vacaciones. La secretaria de Gobierno no aparece por su oficina y participa de un acto en la UNS. Ya se sabe: Diana Larraburu no se hace ver cuando hay conflicto. Sólo lo hace en circunstancias agradables: acuerdos, anuncios y propaganda oficial. Pero se convirtió en “dura de encontrar” durante la crisis de la pesca artesanal, el conflicto por los micros y el papelón ante Serrat.

En medio del vacío de información, un dato insólito: Mirta Alfieri, la encargada del área de Habilitaciones, dice que desde el año pasado, los espectáculos transitorios no pasan por su área y en esos casos, los que ponen el sello son Gobierno o Defensa Civil. En esta última oficina, Rodrigo Vivallo admite que no sabe nada y que Defensa Civil ni autorizó ni participó del asunto. En la línea de actores, el cuerpo de inspectores tampoco puede aportar datos de valor. Si los inspectores no fueron, entonces uno piensa que el departamento de Recaudaciones sí controló, pero tampoco. Y los bomberos, menos. Lo único que se sabe es que la comuna le autorizó al empresario Juan Aliotti vender no más de 2.159 entradas y sólo los inspectores pueden controlar que el número no se vea excedido. Pero a los inspectores municipales nadie les pidió que fueran, ni siquiera para calibrar el cuenta-ganado. Por lo tanto, sin inspectores, no puede existir un acta de infracción y la misma, in situ, nunca existió. El director del Instituto Cultural, Federico Wayland, se defiende: “el municipio convoca a los inspectores sólo para los espectáculos que la municipalidad organiza, pero cuando se trata de uno privado, no”. Esto no resiste el menor análisis. No se controla la seguridad cuando canta Serrat pero sí se ¿controlaría? cuando canta un grupo local en un pub de calle Fuerte Argentino. Esto, sin contar que el recital fue considerado de Interés Cultural, en el marco del Programa “Bahía Vive”, que es oficial, por cierto. Así las cosas, a cualquier observador le asiste el derecho de pensar que Aliotti tiene coronita. El empresario, agradecido, mandó al menos 50 entradas de cortesía al municipio, cosa que hace presumir que el intendente, su esposa, los funcionarios y las esposas de los funcionarios, no pagaron por la platea. Aunque, de todas las sospechas, esta es la menos relevante. En definitiva el Club Estudiantes, se parece bastante a una extensión de la municipalidad, ya que es su principal sponsor.

Anuncio Oficial: http://www.bahiablanca.gov.ar/prensa50/Informe.asp?id=31048

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